Y antes de darse cuenta, ya habían pasado alrededor de 5 meses; tiempo suficiente para que Hongjoong y Mingi se volvieran inseparables, tiempo suficiente para que el pelirrojo pudiera por fin dejar caer su confianza en alguien.
Mingi había cumplido perfectamente con el favor que le habían pedido.
Aquella fatídica tarde, el susodicho se presentó en casa de su amigo y fue el único que tuvo la oportunidad de entrar al refugio del chico y consolarle. La verdad es que después de convivir un mes con su carácter frío y sencillo, fue bastante chocante para el moreno verle llorar de tal forma; pero aún así, se esforzó en escucharle y le pidió que soltara todo lo que llevaba reprimido. Kim, aún inmerso en su estrenada tristeza, y envuelto por los cálidos brazos del más alto, se vio obligado a obedecer.
Las primeras semanas fueron duras; el menor se negaba a salir de su habitación, en ocasiones incluso faltaba a clase. Su justificación al respecto era que no tenía ánimos y que quería evitar conocer a gente nueva para que no le volvieran a engañar y no tener que sufrir así de nuevo. Y Mingi, como siempre, estuvo ahí; fue a buscarle y poco a poco le ayudó a superar su fobia.
Cuando Hongjoong volvía a llorar al acordarse de su amor no correspondido, Song hizo todo lo posible por apoyarlo; ya fuera con pequeños chistes o forzándolo a hacer planes divertidos, o simplemente dejándolo desahogarse siempre que lo necesitase.
Quien estaba definitivamente solo, era Seonghwa.
Pensó que cuando todo el tema de su ligue con su cuñado llegase a su fin, su relación mejoraría e incluso volvería a la normalidad, pero no fue así. En cuanto Hye se percató de que sus constantes amenazas habían funcionado, comenzó a abusar más de ellas para manipular a su pareja para dijera e hiciera lo que ella quisiese.
Se podía decir que ahora Park era una simple marioneta movida y controlada por los hilos del miedo.
Y esto estaba haciendo añicos la vida del chico; le costaba horas poder dormirse, y en numerosas ocasiones todo ese esfuerzo se iba al garete tras despertar por culpa de una pesadilla; había perdido el apetito, causando que pasase días en ayunas sin siquiera darse cuenta; ya no se sentía seguro en ningún lugar ni en ningún momento, como si tuviera a alguien al acecho constantemente.
Y lo peor era tener que fingir indiferencia cuando se cruzaba con el pelirrojo en la portería de su casa, le dolía como el infierno no poder ni siquiera saludarle o intercambiar algunas palabras insignificantes con él; y más cuando el susodicho se quedaba quieto mirándole antes de entrar, esperando que dijera algo.
Joder.
Ahora Seonghwa se daba cuenta de cuánto lo necesitaba, de cuántas ganas tenía de salir de ese bucle, pero se había percatado demasiado tarde.
— Seonghwa..... ¡Seonghwa! —Hye chasqueaba sus dedos frenéticamente delante del distraído muchacho que revolvía su café frío con desgana.— ¿Qué te pasa? Últimamente has estado muy distante.
— No es nada... Tómate mi café, no tengo apetito... —Se levantó dejando a la joven sola en la mesa de la cantina de la universidad. Realmente no tenía ganas de nada, solo de que todo volviera a ser como antes, antes de aceptar salir con ella, antes de conocerla.
[···]
— Vaya, vaya, vaya... parece que después de tanto tiempo la futura celebridad, Park Seonghwa, se ha dignado a llamar a su pobre amigo. —Dramatizó una voz masculina desde el otro lado de la línea.— ¿Y bien? ¿Cómo estás?
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❝ sᴀʏ ᴍʏ ɴᴀᴍᴇ ❞ | SeongJoong
Fanfiction❖ Sinopsis: Kim Hongjoong es un estudiante de 17 años que padece una alexitimia supuestamente incurable. Gracias a ello, su infancia se ha perdido y ahora su adolescencia corre el mismo riesgo. Pero su encuentro repentino con un chico de lo más inte...