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Sentirse totalmente débil era normal, se encontraba en el último período de su celo; pero el hecho de que estuviera expuesto a un estrés y temor constante, no era bueno.
"Los titanes llegaron del sur, tenemos que irnos", fue lo que dijo Reiner cuando llegó a su habitación, sus piernas estaban débiles, el Alfa no dudo en cargar en sus brazos para sacarlo del lugar. Escondió su rostro en el cuello de Reiner, tanto su lobo como él tenían miedo.
No estaba en condiciones para enfrentarse a un titán, sin mencionar qué por sus feromonas los titanes correrán en su dirección para devorarlo.
Llegaron a dónde se encontraban los caballos con el equipo correspondiente, agradeció a Berthold por haberle ayudado a Reiner. El Alfa lo colocó en el asiento, haciendo que su espalda chocará contra el pecho del rubio; no le molestó, de echo era la maniobra perfecta para que Reiner pudiera cubrirlo con sus feromonas y pasará desapercibido por los demás titanes.
─Estarás bien ____________. Daré mi vida por tu seguridad si es necesario.
Le aseguro Reiner mientras lo pegaba a un más a su pecho. Titubeó antes de asentir levemente.
─Gracias... Reiner.
El Alfa emitió un sonido afirmativo. Trato de prestar atención a las indicaciones de Mike y Nanaba para las formaciones que debían de seguir.
Reiner junto Berthold decidieron seguir la ruta del sur donde estaba el pueblo de Connie, quien estaba preocupado por su familia.
Se pregunto entonces en donde se encontraba Eren, Armin, Mikasa, Hange y Levi; a los tres Alfas los había visto hacía un día donde le ayudaron a sobrellevar su calor. Su lobo interior se molestó ante la idea del abandono, sabía que había cosas más importantes que un Omega pasando su calor, pero sus instintos no.
Su Omega interior estaba resintiendo aquella acción como un desperdicio, no siendo lo suficientemente bueno para ser pareja de los tres Alfas, siendo utilizado y desechado como un simple objeto; su lobo interior lloró y rasgo su pecho en el camino, su lado racional trataba de controlar la cantidad que emitía de feromonas, no quería que por su culpa todos murieran.
A pesar de ello. No sintió miedo dentro del agarre que le daba Reiner, el Alfa lo priorizó ante todo aún cuando llegaron al pueblo de Connie y aquello le provocó una calidez inmensa.
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