Capítulo 8

7.5K 817 621
                                    

Su nido estaba hecho, con las ropas de los tres Alfas importantes de su vida y cobijas junto a mantas arregladas de manera específica para su comodidad, todas llevadas por Mikasa, Historia, Marco y Hange

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Su nido estaba hecho, con las ropas de los tres Alfas importantes de su vida y cobijas junto a mantas arregladas de manera específica para su comodidad, todas llevadas por Mikasa, Historia, Marco y Hange. Agitado y sudoroso. Con las piernas abiertas y temblorosas. Sus ropas estaban sobre el suelo sin dirección ni orden.




El pre-calentamiento había pasado, con ello los dolores y los calambres habían desaparecido y las horas de sueño por las que había pasado durante aquella etapa servirían para cuándo su calor estuviera listo. Ahora tan solo podía sentir el calor sofocante que le provocaba su celo, el estar febril no ayudaba en nada, con el más mínimo roce entre sus rodillas su libido subía a niveles inimaginables.




Era un hecho que había pasado por celos durante los últimos cuatro años; pero, podía decir con total honestidad que esté era el peor por el que había pasado. Culpo mentalmente a la marca de color morado que se encontraba en su cuello.






No ayudaba el hecho de saber que fuera de su habitación se encontraba Armin. Su Alfa. Aunque su parte Omega se negará un tanto a la idea, su lado racional tan solo quería sentir a su novio sobre él. La idea de Erwin era que al estar marcado por Levi, no sentiría la necesidad de llamar a otro Alfa que no fuera el de corta estatura; sin embargo, no era del todo consiente en que a pesar de los años tanto su lobo interior como su lado racional veían en Armin a una potencial pareja Alfa desde el primer momento en que tuvo su primer celo.






Había intentado de todo: llenar la habitación con sus feromonas que tenían impregnadas la excitación y la necesidad que sentía, aulló de pura tristeza cuando notó que el Alfa que estaba afuera no se inmutó, se sintió rechazado por su pareja. Luego, intento gemir y jadear fuertemente mientras trataba de calmar el ardor dentro de el, su mano izquierda trataba de aliviar el vacío que sentía en su entrada que estaba mojada por su mancha mientras que la derecha masturbaba su polla al mismo ritmo en que sus dedos creaban embestidas. Y por último, había intentado gemir el nombre de Armin e invitarle de una manera más clara y directa a gastar su calor con él.






─Armin... Alfa, te necesito... Te necesito sobre mi, dándome tu nudo, llenándome de tu semilla, quiero llevar tu cachorros en mi... Porfavor Armin, abre la puerta.







Sollozo ahogado mientras miraba expectante a la puerta. Nada sucedió realmente. Tan solo noto el caminar del Alfa por la sombra provocada por las lámparas de aceite más rápida que de costumbre; se había pasado la mayor parte del tiempo paseando de un lado a otro de la puerta sin la intención de alejarse demasiado pero también de no estar lo suficientemente cerca. El hecho de pasar años junto a Armin lo había vuelto un conocedor sobre las mínimas acciones y gestos del Alfa, sabía que se estaba quebrando de manera lenta la moral del Alfa, sus ideales de cumplir con el deber asignado se estaba convirtiendo en una tarea difícil de cumplir.



Sarang. OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora