En la cuerda floja
La flama de la vela danzaba al son del viento que amenazaba con consumirla.
Shinobu se mantenía con una sonrisa serena, observando detenidamente al varón que comenzaba a inquietarse por el repentino silencio.
«¿Qué pensará?» Se preguntaba el cazador
—¿Caíste de cabeza a medio camino y enloqueciste? —Fue su respuesta
—Así es ¡Estoy loco por tu hermana! —exclamó, pero a ella no le hizo nada de gracia, acercó su rostro peligrosamente al ajeno y le susurró:
—No me vengas con cursilerías, de nada te servirán si me entero que solo estás jugando con mi hermana...
«"Pero si tú comenzaste..."» Le respondió éste para sus adentros, incapaz de formularla en palabras por temor hacia su persona.
Pero Shinobu se relajó y regresó a su puesto, meditando en lo que había dicho por un largo rato, hasta que algo llamó su atención, él estaba tiritando, fue entonces cuando reconoció las gotas de agua que bajaban por el uniforme empapado del cazador
Hizo una mueca, dejando sus pensamientos a un lado mientras le indicaba que se cambiara de ropas para evitar un resfriado.
Rengoku temblaba, no solo por el frío, sino por el silencio y la tenebrosa oscuridad que los rodeaba....y Kocho.
Estar a merced de la chica misteriosa que recién le había revelado lo peligrosa y astuta que puede ser, Kyojuro estaba deseoso por conocer su respuesta.
Porque la necesitaba
Por alguna razón Kanae había comenzado a ignorarlo,sin saber qué le dolía más, si el título de amigo o su desinterés, el rubio era un lío en su mente y por ello ahora caía en las manos de la que inició todo el embrollo.
La azabache esperó pacientemente, los truenos y rayos habían pasado, dejando lugar a una fuerte lluvia, cruzada de brazos y apoyando su espalda contra la pared.
Shinobu maldecía su condición actual, si el pilar hubiese sido más rápido tendría la ventaja, pero todavía cargaba muchas dudas, ella era la que tenía la peor posición en el tablero.
Los pasos la regresaron a la realidad, Kyojuro vestía un yukata azul marino con una toalla alrededor de su cuello.
—Así estás mejor —expresó, separándose de la pared —.Ve a la sala, tengo que hacer algo —informó dándole la espalda
—¿Dónde queda la sala? —cuestionó confuso
—¡Pregúntale a alguna sirvienta! —exclamó señalando a la nada sin detener el paso.
Por fortuna ninguna de las niñas se habían percatado de nada, aún seguían durmiendo plácidamente, Shinobu las cubrió con mantas y se aseguró que todo estuviese en orden.
Preparó una fusión de hierbas y colocó las tazas sobre una bandeja, una vez que llegó a la sala se encontró al rubio, sentado en una esquina observando la lluvia, ella azotó la puerta para llamar su atención, observando burlona el susto que le dio al mayor.
—No hay demonios cerca, no te alarmes —Se sentó a un lado de la mesa, esperando que el joven apenado se acercara.
—¿Qué dices?
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○✧ 𝒥𝓊𝑔𝒶𝒹𝒶 ℰ𝓃𝒸𝓊𝒷𝒾𝑒𝓇𝓉𝒶 ✧○
Fanfiction**•̩̩͙✩•̩̩͙*˚ "𝐸𝓁 𝒶𝓂𝑜𝓇 𝑒𝓈 𝒸𝒾𝑒𝑔𝑜" **•̩̩͙✩•̩̩͙*˚ Es la única frase que llega a su memoria al ver a su adorable hermana disfrutar de la compañía del albino, no entiende como alguien tan dulce como Kanae se pudo fijar en una...