~͏ Fase 01 ~

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✽ ✽ Manos a la obra ✽ ✽



   En medio de unos arbustos, una chica de baja estatura se contiene de expulsar una aglomeración de vulgaridades y presiona sus puños con una fuerza inhumana.

   Muerde sus labios para no gritar y una extraña fuerza le impide levantarse de la hierba e ir a irrumpir aquella escena que le repugna y amenaza con sacar lo peor de su ser.

  Shinobu era considerada como una chica muy inteligente, hermosa, siempre acompañada de sus hermanas y muy eficiente en su trabajo y estudios.

  Sus fuertes conocimientos en la medicina le brindaban un futuro prometedor, pero algunas veces quería aprovecharse de ellos y clavar un bisturí en el ojo de la "bestia" (apodo que le había puesto a aquel joven) para alejarlo de su querida y dulce hermana.

   No soportaba ver el trato tan áspero que Sanemi tenía con ella, simplemente no lo comprendía, el contraste entre ellos era gigantesco, cualquiera que los conociera sabría que era imposible que ambos jóvenes formaran una relación saludable.

   La Kocho menor se debatía entre llenar la asquerosa boca del albino con algodón o brindarle a Kanae un fuerte golpe en la cabeza para que despertara de su "sueño"y se diera cuenta de lo ciega que estaba al fijarse en el pilar más tosco y amargado que conocía.

   Llevó ambas manos a su boca para no vociferar maldiciones al presenciar como el chico empujaba a su hermana que iba hacia él de brazos abiertos, observó como éste apartó su rostro cuando Kanae buscaba darle un beso en la mejilla, pero la cereza del pastel, fue cuando lo escuchó, diciéndole:

—¡Aléjate de mí, no tengo tiempo para tus estupideces!

«¡¿Estupideces!? ¡Las muestras de afecto no son estupideces, mucho menos si vienen de mi hermana!»

   Pensó, mientras aprovechaba la distracción y se retiraba hasta la zona trasera de la residencia, dando sonoras zancadas y uno que otro agujero que dejaba en el suelo debido a su increíble fuerza.

«No lo permitiré! ¡Definitivamente no lo haré!» Se dijo para sí mientras deslizaba con brusquedad la puerta de su habitación; necesitaba soledad para calmarse



(✿◠‿◠) 

   Las horas iban pasando, y la chica de puntas moradas se había concentrado en la lectura de sus enormes libros de medicina, ya sea para buscar la receta de algún veneno que no deje rastros o por simple distracción.

   Lo importante es que su ira de había apaciguado a un punto controlable, cerró su libro y suspiró, fijando su mirada en la ventana circular que tenía al frente, se levantó y se dirigió a la cocina para hacerse un té, pero no contaba con que su hermana mayor estuviese ahí también.

—¿Shinobu? —La llamó —¿Quieres té? —Le extendió una taza humeante, la menor agradeció y acompañó a la chica hacia las afueras de la enorme casa, por petición de la mayor.

—¿Quieres hablarme sobre algo? —Shinobu la conocía muy bien, esa mirada, su tierna sonrisa, quería abrazarla con fuerza, pero aquello la volvía muy sentimental y temía decir algo imprudente si Kanae llegaba a mencionar al joven de cabellos blancos.

—Verás... —respondió, jugando con un mechón de su cabello y fijando su mirada en el extenso jardín —,quería pedirte un consejo...es sobre alguien...

○✧ 𝒥𝓊𝑔𝒶𝒹𝒶 ℰ𝓃𝒸𝓊𝒷𝒾𝑒𝓇𝓉𝒶 ✧○Donde viven las historias. Descúbrelo ahora