Ya en el ascensor kagami notó que al parecer era necesesario ingresar una llave para ser capaz de ingresar al último piso, y al llegar supo por qué, esta era la oficina privada del señor Akashi.
-¿Quieres algo de tomar o algo de comer?- Preguntó el mayor
-No gracias, ya he comido-La verdad es que tenía hambre pero no quería quedarse más de lo necesesario- Si no le molesta quisiera acabar con esto pronto, como debe saber no estoy pasando por mi mejor momento gracias a su hijo.
Al escuchar esto el mayor se detuvo y lo miró de reojo por encima del hombro, esperaba poder ayudar a su hijo con lo que estaba por hacer, ya que esto podría cancelar cualquier tipo de negocio que tuviera con el padre del muchacho y con el mismo muchacho, suspiró y siguió hasta sentarse en la silla detrás del gran escritorio de roble, puso los codos sobre el escritorio y posó la cara entre sus manos, pasándolas por su rostro tomó aire y comenzó.
-Toma asiento primero, quiero hacer esto con calma por el bien de Seijuurou- Dijo señalando una de las sillas que se encontraban frente a su escitorio, al ver que el otro tomó asiento continuó- Como sabrás los Akashi han estado en la cima del mundo empresarial de Japón desde hace siglos, y hace un par de décadas que tratamos de expandirnos por el mundo, lográndolo con éxito, por supuesto, esto debido a mi equipo dedicado a los negocios internacionales aquí, y, cómo serás conciente, a los negocios que tenemos con tu padre, los cuales han sido de vital importancia en nuestra expansión por el continente Americano y en algunas partes de Europa, como sabrás así fue cómo entré en contacto contigo la primera vez, antes de saber que eras uno de los compañeros de deporte de mi hijo, me caíste bien en la primera impresión, eras un poco joven para mi gusto pero lo compensaste con decisiones acertadas y demostraste ser lo suficientemente maduro para manejar tu parte de las negociaciones y la escuela al mismo tiempo, eso sin añadir la carga física de los entrenamientos, honestamente me has impresionado a la primera muchacho.
-Eso es ciertamente halagador señor, sin embargo, no me ha dicho por qué estoy aquí.
- Hmm, cuando me enteré de que mi hijo había perdido el campeonato para el que se preparó por tanto tiempo me sentí decepcionado, después de todo los Akashi siempre habíamos logrado todo lo que nos proponíamos, así que decidí ir a ver su próximo juego, ya sabes para ver quien era dichoso ganador, allí me sorprendí bastante al ver que el antiguo compañero de equipo de Seijuurou, ya sabes, el peliceleste estaba en el equipo ganador, asimismo pude de ver que los otros también estaban presentes y todos ellos estaban mirando atentamente algo o mejor dicho a alguien, y oh fuera mi sorpresa cuando ese alguien resultó ser nada mas y nada menos que el hijo de mi socio con quien me había reunido apenas días antes, en ese momento me molesté, imagínate, el hijo de mi socio había derrotado a mi primogénito, ahí frente a mis narices, y no una, sino dos veces, y no era sólo un estudiante promedio sino que era un joven brillante con instinto para los negocios.
Kagami no podía ver a dónde se dirigía con toda esta charla, ¿Estaba ofendido por que había ganado justamente contra su hijo?, ¿O acaso era por que es bueno en los negocios? Como sea era absurdo, pero bueno después de todo estábamos hablando de la familia cuyo lema de vida parecía ser "ganar lo es todo", así que tal vez la posiblilidad no fuese tan loca como parecía, acomodándose en la silla enderezó la espalda y puso atención a lo que le decia el mayor.
- Al ver eso supe que ibas a ser un problema, sin embargo pude ver la respuesta en el interés que mostraba mi hijo hacia ti, si lograba que actuara en torno a ese interés podría quitarte de su camino en el baloncesto -Al mencionar esto vio al joven mostrar una expresión confunfida, asi que suspiró y se dedicó a explicar- Si te entretenías con Seijuurou y comenzabas a descuidar tus entrenamientos esperaría hasta que estuvieras totalmente cautivado por él y entonces le pediría que terminara contigo de la manera mas cruel posible para que te avergonzaras tanto que no quisieras verlo nunca más, y como tendrías que verlo en los juegos renunciarías al equipo y yo me ocuparía de que él visitara Seirin de manera frecuente con tal de intimidarte a tal punto de que quisieras irte del pais.
