●Armas●

978 56 4
                                    

Narra Alissa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narra Alissa.

Un constante y molesto ruido me hizo despertar, al salir un poco de mi confusión por el profundo sueño en el que estaba anteriormente me di cuenta que lo que sonaba era el intercomunicador que me había dado Jonathan ayer, lo tomé y vi que era una alarma, la cual no había puesto yo, eran las ocho de la mañana. Supongo que la alarma era cosa de Jonathan para no perderme el primer entrenamiento.

Me senté en la cama, quité el cabello que caía sobre mis ojos y me froté un poco la cara, fue en ese momento en el que me di cuenta que mis cosas faltantes estaban en la puerta de la habitación. Sobre la mesita que se encuentra en la primera parte del cuarto están mis armas, mi ballesta con su carcaj lleno de flechas, mis cuchillos y espadas serafín y por ultimo mis cuchillos media luna. Al ver estos últimos sobre la mesita toda la madrugada llegó a mí como un balde de agua fría, sin aviso todos los recuerdos inundaron mi cabeza. La sombra, el beso, la marca, todo.

Después de salir de ese trance donde todos los recuerdos aparecieron de una vez me levanté de la cama y me dirigí al baño, una sensación de electricidad recorría mi cuerpo y quería quitármela a toda costa.

Ya bañada y un poco más tranquila me dirigí a mi armario para poder tomar algo de ropa deportiva y alistarme para el entrenamiento, tendría que tomar ropa de la que Isabelle me había dado ya que aún tengo que desempacar la ropa que me acaban de mandar, mi verdadera ropa.

Cogí un pantalón negro elástico y un top deportivo, obviamente del mismo color, la verdad es que los Shadowhunters normalmente siempre utilizan estos colores para ocultar la sangre demoniaca, el negro oculta las manchas y pasamos más desapercibidos en la oscuridad. Y aunque Isabelle escoja colores como el rojo o el blanco para algunas misiones siempre es con el propósito de llamar la atención de los demonios, independientemente de ello siempre usará negro. Por mi parte la verdad es que algunos colores como el rojo, verde o azul me llaman la atención para mi día a día, usar negro no es una regla escrita así que puedo usarlos sin problema.

Después de vestirme peiné mi cabello en una trenza ladeada para que el cabello no me estove con los movimientos o el sudor, vi el reloj antes de salir de mi habitación, las ocho y media se veían reflejadas, tomé el intercomunicador, mi estela, una mochila donde puse mis armas y por ultimo tomé la piedra de luz que Jonathan me dio como regalo de bienvenida, no pude evitar que una leve sonrisa cruzara mis labios, este gesto era lo más lindo que algún chico hubiera hecho por mí en mucho tiempo.

Cuando salí de mi habitación me dirigí a la puerta de mi derecha para dar con el pasillo que me causaba un poco de claustrofobia, lo crucé por completo y salí por la puerta que da a la cocina, Jonathan me había dicho que tenía que desayunar algo para no sentirme mal con el entrenamiento y tiene razón, normalmente en NY no lo hacía y es verdad que si te despegas del ejercicio un tiempo y regresas de lleno puedes sentirte mal o descompensado por el exceso de actividad física. Me encaminé al refrigerador para ver lo que podría tomar para preparar algo y opté por un omelet de cualquier verdura que pudiera encontrar, la verdad aquí hay muchos platillos que no sé cómo se llaman o a qué saben. Después lo investigaría, pero ahora no puedo darme el lujo de enfermarme del estómago en mi primer día de entrenamiento.

Puedo Ser Ella ║║ Jace Herondale ➁ (En pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora