Hong Kong parecía la mejor opción, ya no había nada en el Instituto de Brooklyn, New York que la atara. Isabel había aceptado el traslado y ella comenzaría desde cero. Jace no la amaba y ella no podía seguir viendo su rubia presencia, no después de...
El siguiente capítulo contiene lenguaje inapropiado y un intento de escena +18. Lee bajo tu propio riesgo. Aclaro que este tipo de escenas no estarán muy presentes en la historia ya que no se basa en ello pero, cuando aparezca alguna escena aparecerá este tipo de advertencia para alertar al lector, si no deseas leer esta escena está bien, pide en los comentarios del siguiente capitulo un breve resumen y te lo daré para que no tengas que leer esta parte. Continuamos con el capítulo. Gracias por su atención.
🅞🅞🅞
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Narra Alissa.
Cada sensación es nueva para mi cuerpo, sus besos son tan cálidos y húmedos que dejan mi mente en blanco. Mi respiración se hace cada vez más entrecortada. No podía ver su cara, pero puedo sentir sus manos en mi cuerpo, su respiración en mi nuca y quizá algo más.
Estaba tan embriagada por la sensación del dolor, sus besos y sus manos. Mi mente está por volverse humo y dejarme a merced de todo.
En una fracción de segundo Jonathan hizo una maniobra para voltear mi cuerpo para quedar cara a cara, sus ojos azules se volvieron un gris potente que me hipnotizó al instante, una de sus manos se posicionó en mi mejilla y me atrajo hacia sí mismo, esta vez me besó en los labios. Tan cálido era el contacto que sentía que en cualquier momento comenzaría a sudar, su lengua hizo contacto con mi labio inferior y una sensación de poder se instaló en mi cuerpo. Mis manos comenzaron a interactuar y fueron ellas las que atrajeron su cuerpo al mío quedando recostados en la plancha de entrenamientos. Mi cuerpo estaba aprisionado entre el suelo y su cuerpo, los jadeos leves y suspiros no se hicieron esperar e inundaron toda la habitación. Una pequeña parte de los espejos al lado nuestra había comenzando a empañarse, pero nada de eso nos importaba. Su texturizada lengua hacía contacto con mi labio inferior esperando la respuesta y darle entrada lo cual poco a poco sucedió, el contacto entre ellas era aún más cálido y erótico. Su mano derecha funcionaba como un sujetador para una de las mías, la sostenía sobre nuestras cabezas mientras con la izquierda se encargaba de recorrer todo de mí, desde mi costado hasta mi pierna la cual atrajo fuertemente hacia arriba haciendo que la enredara en su cadera y así tener mayor acceso a mí.
Los jadeos, los gemidos inundaban todo el lugar, nuestras respiraciones irregulares resonaban en el silencio de la habitación, pero lo único que podían escuchar mis oídos eran las pequeñas maldiciones que Jonathan soltaba cuando nuestros cuerpos rozaban en mayor intimidad, pero sabía perfectamente que no quería cometer el mismo error que con Jace y acostarnos para después arrepentirnos de lo sucedido.
