VII.

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Violet se había llevado todo el día llorando, me sentía fatal viéndola así.

Aún llorando seguía estando preciosa, maldita sea.

Pero no se merecía llorar así.

Se había quedado a dormir en mi casa de nuevo, y había vuelto a dormir con ella. Esa era la mejor parte de todo.

Era 23 de diciembre e iba a pedirle si quería pasar conmigo las navidades, me había dicho que tenía planeado pasarlas con Marshall, pero... ya no.

Estaba muy nervioso, ¿y si me decía que no?

Dios Calum, le estás pidiendo que vaya contigo a cenar a casa de tu madre el día de Noche Buena, no que se case contigo.

O sí.

 Se había tirado todo el día en pijama, de la cama al sofá y del sofá a la cama, apenas hablaba y ni siquiera sonreía de forma cansada. 

Cuando rompió con su primer novio a los quince años, Bryan, no lo pasó tan mal como ahora. 

Pasé todo el fin de semana con ella después de su ruptura, y se le veía mal, pero comía, hablaba y de vez en cuendo soltaba una de esas sonrisas cansadas, que no engañaban a nadie. 

A lo mejor lo que había diferente en esta vez, era que ella realmente quería a Marshall. 

Dios mío, ¿estaba enamorada de semejante bestia?

- ¿Violet?

Ella me miró sin decir nada.

No sabía si decirle o no lo de pasar la Noche Buena conmigo.

- ¿Estás mejor?-negó con la cabeza sin decir nada y yo la abracé.

Lo que hubiera dado en ese momento por besarla. 

¿No podía darse cuenta de que el que realmente la quería era yo? Y no Marshall, que los moratones y el golpe que tenía en la cabeza iban a tardar bastante en quitarse.

- Deja de llorar o me pondré a llorar yo también -le susurré, y ella me miró sonriendo levemente.

Pero no con una de sus sonrisas cansadas, sino con una de verdad.

- Marshall no merece que llores por él, era un capullo -le susurré de nuevo, y le di un beso en la frente-. Eres la chica más increíble que he conocido nunca, cualquier tío mataría por ti.

Yo por ejemplo.

- Calum, eres el mejor amigo de la historia de los mejores amigos -me dejó un beso en el cuello, y a mí casi me da un ataque de ansiedad. 

¿Has oído eso? Eres el mejor amigo de la historia de los mejores amigos. 

Eran básicamente las primeras palabras que me dijo después de romper con Marshall.

Con ese título ya puedo morirme tranquilo -sonreí y ella me imitó, pasó las yemas de sus dedos por alrededor de mi ojo.

- ¿Te duele mucho?

- Un poco. Pero no mucho, tranquila. Soy fuerte.

- Mi héroe -rio.

Tenía tantísimas ganas de besarla.

Cada vez me costaba más controlarme.

- Oye... ¿con quién vas a pasar el 24 y 25?

- Pues... no quedan billetes de avión para ir a ver a mi familia en New York, y no voy a pasarla con Marshall... así que la pasaré sola.

I wanna be yours. {c.h}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora