Un fragmento más

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Pensar que un día llegaste sin avisar, tocando infinitamente las puertas de mi corazón, y arrasaste con todo lo bonito que había en mí,
haciéndolo brillar cuando tus labios se movían al pronunciar un te quiero,
y un te extraño.

Quién lo diría,
que con el tiempo me volvería amante al atardecer de tus ojos que fulminan mi semblante y lo embelleciera con una sonrisa.

Amarte a ojos cerrados, saboreando el dulce personaje que  había en ti, denotando un hombre apreciable e intenso.

Me encondía en sus suave voz, que al escuchar daba calma cuando todo estaba mal,
que ironía,
sentir tanto, amar tanto,
y solamente tener que guardarlo y en transcurso de la vida olvidarlo.

Que vida, suspirar por un ser no entregado.

 Corazón CorazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora