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—Hija, despierta. —susurró un hombre de al menos cuarenta años en la parte del copiloto del auto.

La chica se despertó de golpe con sus ojos húmedos. Miró a su alrededor y se desconcertó; esperaba verse metida en su cama con miles de pañuelos a su alrededor.

—¿Dónde estamos?

—Preciosa, llegamos a tu propio departamento.

El estómago de Tenten se contrajo al escuchar aquellas palabras; ¿acaso era una broma? Y sí así era, una broma de muy mal gusto.

—Bien. Supongo que bajaré. —dijo dudosa.

Abrió la puerta del copiloto y descendió. Caminó hasta la cajuela para tomar sus maletas y pertenencias. En el proceso de esto, se dedicó a encontrar algo que le ayudara a recordar lo que había sucedido, pero nada ayudaba.

Una vez estando frente a la grande propiedad tragó saliva y reforzó el agarre de sus cosas.

El padre orgulloso desde su auto le gritó: —Dejaré que te instales. Te vengo a buscar en un par de días.

En un santiamén el auto arrancó y desapareció.

—Adiós. –susurró la chica con apuro. Por fin podría averiguar qué era todo esto.

Estaba totalmente intrigada. ¿Por qué estaba nuevamente viviendo eso?

Con desesperación entró al edificio y caminó a la recepción donde su adorada Ino sonreía como siempre.

—Bienvenida al Grand Palace ¿En qué te puedo ayudar?

—¡Ino! Por fin un rostro amigable. ¿Puedes decirme qué sucede? Dime que todo es una broma de mi padre, por favor. No me está gustando en nada.

—Escucha amiga, no sé cómo sabes mi nombre, pero sí te acercas un poco más te juro que te rociaré de agua de rosas. —Tenten se apartó— Ahora, dime tu nombre para darte las llaves de tu habitación y que me dejes sola.

—Oh, claro... Tenten, soy Tenten.

"¿También ella?" pensó.

—Piso nueve, habitación 9J, aquí tienes la tarjeta de paso y las llaves de repuesto. Hasta luego.

—Gracias. —dijo aceptando los objetos y caminando al ascensor— Y, lo lamento, en serio.

—¡Puedes llamarme Ino! —gritó la chica, arrepentida de lo agresiva que había sido.

El peso de sus pertenencias comenzaba a cobrar energía a su cuerpo: sus piernas tamborileaban y gotas de sudor recorría su frente, pero su nerviosismo podía más: sí mal no recuerda y todo este "dejá vu" concordaba, este era el momento en el que conocería a Neji.

Si es que existe un Neji Hyuga.

El timbre de llegada sonó y las puertas se abrieron. Se adentró y soltó sus valijas, presionó la tecla con el número nueve y se recargó sobre la pared para descansar.

—¿Nueva en el edificio?

Tente quedó paralizada.

Estaba pasando.

Se giró y encontró a ese chico más alto que ella, cabello sorprendentemente largo y castaño, tez blanca y unos lentes oscuros.

—¡Neji! —se abalanzó sobre él— ¡Eres tú! No puedo creerlo.

—Amm, hola extraña. Si, soy yo. —contestó sonriente el chico, correspondiendo el abrazo inconscientemente— ¿Te conozco?

—No puedo creerlo. En verdad eres tú: tu sonrisa, tu voz, tu aroma, tu cabello... ¡Tú!

Tenten claramente había ignorado la pregunta.

—No estoy entendiendo nada.

Ella siguió hablando: —Espera, esto... esto no puede ser. Sig... significa que todo lo que viví contigo se repetirá y volveré a ver cómo te matan.

—¡Wow! Alto ahí. ¿Morir? ¿De qué hablas?

—Necesito comprobarlo. —le quitó los cristales negros que cubrían sus ojos— Tus ojos, ¿tú... eres ciego?

—Gracias a Dios que no lo soy. Sí lo fuera, me estaría perdiendo de una vista inigualable. —dijo refiriéndose a la chica— Soy Neji Hyuga, aunque creo que eso ya lo sabes.

La morena a su lado sonrió y bajó la cabeza.

—Lo lamento. Seguro que con lo que haré pareceré una completa loca. —aclaró su garganta y relamió sus labios— Pero no puedo evitarlo.

Y tomando por sorpresa a Neji, pegó sus labios.

No le importaba que no se conocieran, solamente quería sentirlo nuevamente y saber que todo estaría bien.

El timbre del elevador sonó dando paso a la atrevida morena a su piso. Salió y estaba disponiéndose a partir a su apartamento. El Hyuga impidió que las puertas se cerraran y se asomó.

—Espera. —la chica volteó sonriente. Feliz— ¿Cuál es tu nombre?

—Tenten —el ojiperla asintió con media sonrisa en su rostro— Tranquilo. Tenemos mucha historia por delante.

Day Dream 》NejitenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora