Tenten despertó con una sensación de protección y calidez detrás suyo, hacía meses que no se sentía asi, justo como cuando se sentía con su papá cerca.
Un beso fue plantado en su mejilla derecha y luego sobre el lóbulo de su oreja del mismo hemisferio. Unas manos fuertes y suaves acariciaban su hombro desnudo.
Se dio vuelta y se topó con esa mirada ojiperla que divagaba, pero que a la vez parecía como si estuviera memorizando cada parte de su ser. Ahí fue cuando se dio cuenta de que era la primera noche que pasaba con su vecino.
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—Sé mi novia.
—¿Qué? ¿De qué hablas?
—Lo sabes muy bien. Me gustas y es obvio que te gusto. ¿Por qué no ser novios?
Tenten no dijo nada, después del beso y esas palabras pronunciadas por los labios del chico frente a ella quedó anonadada, como si se hubiese drogado o algo parecido.
—Es que, no quiero que se repita algo como lo de Gaara. —se excusó.
Neji se cruzó de brazos: —Me ofendes con el hecho de pensar que me parezco en algo a ese jalapeño podrido.
El castaño alzó la mano para que la mesera se acercara y les diera su cuenta.
—¿Ya te vas? —preguntó Tenten sintiéndose como una tonta.
—Nos vamos. —dejó dinero en la mesa— Andando.
Con su bastón de una mano y el brazo de la chica enredado en el otro salieron rumbo a un parque, no el Central Park, uno más tranquilo.
Ninguno de los dos interrumpió el silencio de camino. Llegaron a una pequeña banqueta en un rincón y se sentaron; el Hyuga mantenía su cabeza mirando hacia el frente, teniendo a la morena intrigada.
—Es injusto e inhumano. —soltó Neji.
—¿Qué?
—Eso. Es injusto e inhumano que no aceptes ser mi novia porque soy ciego.
—¿De qué hablas? Yo nunca...
Él la interrumpió: —¿Qué más sería? ¿Qué diferencia hay entre Gaara y yo? Soy mil veces mejor: soy guapo, carismático, divertido, talentoso, inteligente y tengo corazón. Sí es porque crees que te lastimaría como él lo hizo, estás muy equivocada.
Tenten tomó entre sus manos el rostro del Hyuga y lo giró.
—No me refería a eso. —hizo una pausa— Quería decir que no quiero que se repita algo como lo de Gaara en el aspecto de que no quiero ser yo quien te lastime. Tú siempre has estado para mi desde un inicio, y yo sólo me dediqué a apartarte. No creo ser buena para ti, Neji.
El más alto la abrazó.
No dijo nada.
No reclamó más.
Simplemente la abrazó.
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—¿Cómo amaneciste? —preguntó al castaño.
—Nunca he estado mejor.
Tenten sonrió ante esa respuesta y pasó su mano por la mejilla de Neji.
Suave y lento.
La ausencia de palabras de la chica era buena, pensaba en cómo pudo haber pasado tanto en tan poco tiempo. Hace menos de seis meses que había llegado a Konoha, hace menos de cinco meses que tuvo una relación horrible con Gaara y hace menos de cuatro meses que comenzó a ser novia de Neji.
Sí esto era un sueño, no quería despertar nunca.
—¿En qué piensas? —cuestionó el chico.
—En que no puedo creer que alguien como yo tenga a un novio tan maravilloso como tú.
—Tú eres maravillosa, Ten.
Un beso y caricias.
—Te amo, Neji.