—¡Saldré a correr, ya vuelvo! —gritó la morena desde la puerta de entrada de su departamento, que ahora era compartido con el Hyuga.
Así es, a poco tiempo de tener una relación ambos habían decidido mudarse a un mismo departamento. Tenten tuvo que adaptarse en pocas cosas, pues Neji, a pesar de su discapacidad era en su totalidad independiente, de hecho la misma chica podría considerarse la "mantenida" involuntaria de Neji; el castaño le cocinaba, le daba atenciones extras, limpiaba el lugar y se encargaba de que se viera sensacional.
Todo parecía un cuento de hadas; ninguna pelea, ningún malentendido, nada de celos, puras sonrisas, jugueteos, cenas románticas y películas a mitad de la noche.
Junto al mostrador de la recepción Tenten calentaba sus músculos de brazos y piernas: nada podía arruinar su día.
—Buenos días, Ten. —saludó Ino— ¿Lista para esta noche?
—¿Qué habrá esta noche?
La rubia abrió su boca impactada.
—Nada. Solamente la mejor y más fabulosa fiesta de disfraces. —rodó los ojos con una cierta decepción— ¿Cómo es que vives aquí y no sabes de ello? Pensé que Neji te diría. Le fascinan estas fiestas.
—Yo también hubiera esperado eso.
Silencio.
Tenten no estaba molesta. Estaba intrigada, le encantaría ver a un Neji disfrazado de cualquier cosa. Perfecto como siempre. Tal vez de un pequeño playboy. Eso sería muy satisfactorio para sus ojos.
—Tsss, tsss. —susurró Yamanaka disimuladamente llamando la atención de la morena— El jalapeño podrido se aproxima. Cambio y fuera.
La chica miró por el rabillo de sus ojos y ubicó al chico al que había estado evitando prácticamente desde que terminaron.
Gaara Sabaku No.
—Buenos Ino, preciosa. —molestó— Y mejores buenos días para ti, bella vecina.
Tenten se incorporó después de estirar su espalda.
—Bien Ino, ¡nos vemos! —gritó alejándose, corriendo e ignorando al más alto.
La rubia sólo agitó la mano sonriente. Lo más que pudo.
—Las chicas puede llegar a ser un poco rudas. —emitió por lo bajo Gaara, hacia Ino
Salió corriendo detrás de la morena, emparejando su ritmo. Tenen llevaba puestos unos pequeños auriculares para evitar distracciones. Ni siquiera se percató de la presencia del pelirrojo hasta que éste le dio un leve golpe en las caderas.
—¿Qué quieres? —preguntó claramente molesta.
—Hablar. Necesitamos arreglar lo nuestro.
Ella se detuvo.
—¡Ja! De verdad debes ser el chico, no, el humano más cínico de la historia. No puedo creerlo.
Como respuesta tuvo un guiño y una sonrisa de lado.
—¿Será que por eso te enamoraste de mí?
Más cinismo. ¡Puagh!
—Nunca te amé. Ahora, déjame en paz.
Trató de volver a correr, pero Gaara le jaló del brazo.
—Más te vale hablar conmigo sí no quieres complicar las cosas.
Tenten se burló: —Tus amenazas son tan infantiles. No asustarías ni a un chihuahua.
El chico se acercó de manera agresiva, pero sin tocarla.
—No te tomes a la ligera esto, pequeñita. Sí yo no soy feliz por tu causa, me aseguraré de que pagues. —ambas miradas eran frías— Volveré a decirlo: necesitamos hablar.
La morena se mantuvo firme: —No.
Sabaku No ladeó la cabeza: —Muy bien. Te lo advertí.
Al ver que se alejaba se apresuró a redactar un audio mientras regresaba a casa.
"Necesitamos hablar del jalapeño podrido."