No era que seungmin odiara ser mesero en aquella cafetería frente a una empresa de entretenimiento, claro que no.
Tampoco odiaba trabajar más de 10 horas los fines de semana (de 10 am a 8 pm), ya que lo necesitaba para costear el pago de la universidad y los gastos que pudiese tener.
Mucho menos odiaba a sus compañeros de trabajo, soobin era un chico agradable y ni hablar de Jungmo que siempre atendía a todos con una sonrisa contagiosa y amable, nop, ellos no eran el problema.
El dilema era cierto rubio que siempre iba por su café justo a la hora en la que era su turno.
Si su turno era en la mañana, el chico estaba ahí a las diez y media sentado en la misma mesa como esperando que él lo atendiera, incluso si su turno empezaba a las 2 pm, ahí estaba el chico esperando ser atendido, y a seungmin le molestaba, aunque el chico dejará propina de más, no era motivo para perdonarle el hecho de que pareciera que lo acosaba.
Incluso hasta se sentía incómodo, ya que aquella propina de más pareciese que se la daba por lástima, lo cual era ya suficiente molesto.
Y aquel día no había sido su día de suerte.
Se había levantado (literalmente) con el pie izquierdo, había llegado tarde al trabajo y no había alcanzado a bañarse, por lo cual había decidido peinar su cabello de alguna manera que no se notara tanto, terminando con peinado de primera comunión.
Había estado a punto de tirarle el café encima a una importante modelo y había tenido que darselo gratis.
Y como si todo lo antes nombrado no fuera suficiente, el rubio había llegado acompañado de un chico atractivo y que tenía pintas de ser su pareja.
Pero... 'oh!, Sorpresa Seungmin!, Soy el destino y vine a darle en la madre a tu vida!' , le había tocado atenderlos, había tomado la orden y se había ido después de sonreírle al rubio por cortesía.
Y cuando les trajo lo que habían pedido lo había vuelto a hacer con un inocente y nada coqueto 'provecho', y aquella sonrisa que no significaba nada, Jungmo las regalaba todos lo días, exagerados.
Aunque después (y gracias a ese gesto) se hubiese hecho la tercera guerra mundial entre aquella pareja en la cafetería.
- En serio estás enojado porque el mesero me sonrió? -preguntó extrañado el modelo, pero no obtuvo respuesta, su quedante lo había ignorado olímpicamente y no era algo agradable para hyunjin-.
Después ambos empezaron a discutir, no era una escena nada nueva para esa cafetería, de hecho era lo más normal del mundo.
Hasta que hyunjin se levantó y le hizo señas a seungmin para que se acercara.
- Mesero, cuentas separadas y su número, por favor -pidió el modelo mientras sacaba su cartera-.
El chico frente a él no sabía por donde empezar, si debía separar las cosas y después cobrarle a cada quien lo que consumió, o si debía sacar la cuenta y repartirla en dos, los nervios no lo dejaban pensar con claridad, de hecho se equivocó dando la cuenta pensando que 2000 más 2500 eran 5000.
Así que hizo la primer idea y tomó una nota con el pedido para dejarla en la mesa para el chico que aún seguía sentado, después en la otra (torpemente) escribió su número y se la había dado al rubio.
Este último la tomó, le sonrió, pagó, dejó el doble de propina y se fue.
El otro chico lo fulminó con la mirada y seungmin había huido (tropezando torpemente en el camino con una silla) para atender a otra mesa.
Para hyunjin ese ha sido el mejor día de su vida, había podido conseguir el número de aquél chico sin quedar como idiota para pedírselo, por que hyunjin era malo para pedir cosas.
Esa misma tarde nuestro modelo había ido a festejar tal acontecimiento con sus amigos, la tarde pasó llena de felicitaciones y soju, y terminó con hyunjin llamando al chico a la una de la mañana.
-
Buenas, ha pasado casi un año desde que mande esto a borradores, casi olvido que estaba ahí hasta que la vi hace unos días y decidí editarla un poco para ahora sí dejarla aquí.
Así que espero sea de su agrado y les guste leerla porque intentaré actualizarla seguido.
Chau, cuidense y besos en el anastasio porque tenía meses sin hacer esto. ♡

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Make You Mine. •°Hyunmin°•
Genç KurguNo era que seungmin odiara ser mesero en aquella cafetería frente a una empresa de entretenimiento, claro que no, era un trabajo bien pagado. Tampoco odiaba trabajar más de 10 horas los fines de semana (de 10 am a 8 pm), ya que lo necesitaba para co...