CUANDO TODO COMENZÓ
- Darielis de Paula:
Me es imposible olvidar aquel tiempo, en el estábamos dispersos, cada quien por su lado, sin luz, sin objetivos, sin destino.
Duele asimilar, que; estábamos en el mismo camino, participábamos en las mismas actividades, pero simplemente no estábamos.
En lo personal, sinceramente no tenía una relación íntima, sincera y plena con Dios. En realidad pude notar que yo iba a la iglesia sólo por ir, y no porque sentía ese agrado en servir a Dios.
Mi estado era el de una persona fría aun estando en el camino del Señor.
- Lili Annie:
También formo parte de aquellas ovejas que estaban dispersas.
Nací y crecí estando en el camino del Señor, pero no estaba siguiendo sus pisadas. Cada vez me alejaba más de mi fiel Pastor.
Mis acciones, mis decisiones y comportamientos, me fueron convirtiendo poco a poco, en una oveja perdida, aun estando en el rebaño.
Era completamente infeliz, pues me faltaba todo. Estaba fría, necesitaba de su calor, pero mis actitudes sólo me alejaban de Él.
En el fondo quería seguir, quería cambiar, quería servir al Señor de corazón.
Pero mis pasos iban cada vez más en dirección opuesta...
Mario Ismael:
Mientras me encontraba disperso, lejos del sendero de nuestro fiel Pastor, había adaptado el hábito de cantar música secular, y hacer un sinnúmero de cosas indebidas, aun sabiendo que estaban mal.
Mi horrible estado cada vez se volvía más crítico, y me destrozaba el contemplar, que, el estado de lo/as demás estaban igual, o peor que el mío.
La verdad, no sabíamos dónde nos encontrábamos, ni hacia dónde nos dirigíamos.
Yeicob Peralta:
Suelo jugar Béisbol, me apasiona y disfruto muchísimo practicar este deporte.
En parte, esta es una de las razones que me mantenían apartado del rebaño.
Por un lado, esta práctica interfería en mi relación con Dios, pues le dedicaba el tiempo que debía dedicarle a Dios.
Prácticamente, sólo estaba ocupando un lugar demás.
Doris Leah:
La verdad, es que aunque quizá no era notorio, yo estaba mal espíritualmente.
Lo noté actualmente, porque me di cuenta de que iba a la iglesia como si fuese una obligación, y no porque en realidad sintiera satisfacción al asistir.
Solo iba a la iglesia porque me gustaban las programaciones, partes especiales, y demás, pero no porque sentía la presencia de Dios en mí.
Estaba lejos de mi comunión con el Pastor...
Peni Michelle:
He formado parte de aquellos jóvenes separados. Todos, en el interior, teníamos deseos de servir al Señor, pero nuestras ataduras nos impedían hacerlo.
Es gracioso recordar nuestra actitud de ovejas ‘dispersas’. Cada uno con nuestras diferencias; tanto en el comportamiento, la personalidad como en el carácter.
Es triste pensar en lo apagados que estábamos...
Ellie Rose:
Todo comenzó con el divorcio de mis padres; Desde pequeña he sido instruida en los senderos del buen Pastor.
Solía ir a la iglesia que estaba más cerca de casa.
Cuando mi padre dejó de asistir conmigo; ya no tenía ese motor que me impulsara a ir, pero aún así continuaba asistiendo, pero sólo por costumbre.
Después de un tiempo comencé a desilusionarme de todo y todos; en cuanto a la iglesia. Debido a eso comencé a escapar de mi proceso.
Recuerdo que; como mi papá vivía en otro sector, comencé a visitar su iglesia, es decir; dejé de asistir a la que me quedaba más cerca, por cuestión de desencanto al ver la actitud de los chicos.
Sucede que en la iglesia a la cual le quedaba cerca el sector de mi padre, también tuve problemas, por lo cual, tuve que alejarme de ella.
Me sentía sola, sin ayuda. Lloraba casi todas las noches en el silencio de aquella oscuridad. ¡Me sentía tan abrumada ante tal situación!
Ya no tenía deseos de ir a la iglesia, ya no buscaba a Dios. ¡No estaba en nada!
Lo más impresionante de todo, es que a pesar de la circunstancia que estaba enfrentando, a pesar de haber estado mal espiritualmente; nunca perdí mi buena imagen, por lo cual, nadie se percató de que poco a poco me estaba hundiendo.
Después de un tiempo me comencé a desprender totalmente de ello, de manera que, ¡me sentía fuera de sí! Mi relación con Dios estaba dependiendo de un simple y diminuto hilo, el cual en cualquier momento podía romperse.
Lo peor de todo es que no tuve a nadie a mi lado que me hiciera reaccionar; que me mostrara que me estaba yendo por mal camino...
Todo, hasta que un día, mientras estaba recostada en mi cama; escuché una voz que me decía:
«¿Que te está pasando?» «¡Tú no eres así! Te estás alejando de Dios, ya no oras, ya no lees la biblia, ¡ ya no lo buscas!»
Te estás alejando del redil...
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SIN FRONTERAS
SpirituellesCaminar por senderos con espinas, piedras, agujeros y laberintos, nunca formó parte de nuestros objetivos. Solíamos ser un grupo de ovejas dispersas, sin rumbo, ni dirección. Poco a poco, cada uno, tal cual como a ovejas extraviadas, recibió su lla...