Capitulo 3.❁

525 146 49
                                    

—No soy lesbiana—Seguia repitiendo hasta no mas poder.

—¿No lo eres pequeña criaturita del señor?—Dijo Jimmy a mis espaldas.

Jimmy me pegó contra la pared y con su mano derecha cogió mi cuello, como si fuera ahorcarme. En ese momento, pensé que sus intenciones eran dejarme sin oxígeno. Así fue, pero no de esa manera. El muy incrédulo me besó a la fuerza y fue tan asqueroso. Lo más asqueroso que podrás imaginar. Herpes y ese beso estaban al mismo nivel. Espero que los besos no transmitan ETS.

Para librarme de él y de sus brazos, le metí un codazo en su entrepierna y salí corriendo de aquella insignificante y asquerosa escena.

—Eres una puta, me vengaré ya verás—Dijo él quejándose del dolor que le habia causado.

Salí de allí riéndome por el codazo que le habia dado a Jimmy y a sus pequeños secuases «pelotas ;)». No me importaba si tenía más clases, solo quería irme a casa. Así mismo hice, me fui y me encerré en mi habitación. A la hora de salida de la escuela, llamé a Destiny.

—Perdón por irme sin decirte nada, ¿irás a tu casa ahora? ¿Puedo ir?—le pregunté a Destiny.

—Claro, ven, y me contarás que hizo que te fueras de la escuela.—respondio.

Quince minutos después, ya estaba al frente de su casa. Su hogar es enorme, y un jardín lleno de una diversidad de flores; hermosas flores violetas, rosadas, rojas y blancas. Su casa era de dos pisos pintados con tonos crema, una terraza y una piscina en la parte de atrás. ¡Vaya que casa! Ella rápidamente me abrió la puerta y allí mismo me plantó un abrazo.

—Lo siento tanto por llegar tarde hoy, Gracie—Dijo Destiny en mi oido.

—Esta bien—le respondí.

Subimos a su habitación y no llevábamos ni cinco segundos en ella y ya me estaba ofreciendo comida, pero no tenia ganas de comer. Ese hijo de puta me había quitado en todos estos años hasta las ganas de vivir. Ni ganas de cortarme tenía, ni de llorar ni siquiera. Me había quitado el miedo. No sentía nada, él me ha quitado todo.

—Dejame ver tus muñecas y tus piernas—Dijo Destiny con las manos extendidas.

Subí las mangas de mi camisa y se las enseñe.

—Vas mejorando—Dijo ella dándome un beso en la frente.

—Verás... Cuando fui al baño hoy, en la hora de español, antes de que me fuera, Jimmy me envio esto—le enseño el pedazo de papel con el mensaje—y cuando voy me coge de sorpresa y me besa—le estaba contando de lo ocurrido.

—¡VAYA ASCO! ¿Qué has hecho?—Gritó, mirándome atenta.

—Le he metido en las pelotas—le dije aguantando la risa, pero al finalizar la frase, las dos nos echamos a reír.

Luego de parar de reir, Destiny puso una pelicula para calmarme pero nada, absolutamente nada, lo hacía. En el fondo de mi mente yo estaba mal. Pasaron las horas y se hizo tarde, así que decidí irme a mi casa. Mi madre no había llegado. ¡Gracias a Dios! ¡Ha ocurrido un milagro!

Se estarán preguntando que sé de mi padre, que he hecho para saber de él, o que me han dicho de él, todo lo que sé es que nos abandonó cuando nací. Nunca me dedique a buscarlo, pienso que si lo encuentro, tendría mas problemas los cuales prefiero evitar. Así que no tengo padre, aunque tengo uno según mis genes y mi ácido desoxirribonucleico. Mi madre nunca me ha querido decir quien es, o quien fue. Estoy sola en este mundo, solo tengo unos par de libros para leer, mi computador, un diario para escribir y una amiga para hablar.

Entré al cuarto de Bárbara, mi madre a buscar cosas, a ver si encontraba algo acerca de mi padre. Abrí uno de los cajones de su habitación. Sorprendentemente, allí se encontraba unos documentos. Eran papeles, eran viejos, estos tenían un tono marrón y tenía áreas quemadas. Los cogí y los empece a leer. Basura. Todo era basura. Solo algo me llamó mi respectiva atención.

''Centro de aborto"

citas: 4 de mayo del 1999''

Mi madre había tenido una cita en un centro de aborto, exactamente nueve meses antes de que yo naciera.

Así que... ¿yo no estuviera viva hoy?
¿Madre por que te arrepentiste? Me hubiese quitado la vida en ese instante. No estuviera sufriendo ahora mismo.

Puse los papeles en su lugar y salí de allí. Cuando estaba saliendo de la habitación mi madre me observaba con cara de ira. Esto es muy malo, se ha levantado el ogro.

—¿Que hacías en mi habitación? ¿Que pensabas robarme ahora?—Dijo ella entrando a su habitación y mirando por encima, vaya todo lo que dice de mi, nunca, nunca es bueno.

—¿Yo...? Nada. No robé nada—Dije mirando el suelo, hasta que senti ardor tocar mi cara. Me había pegado.

—¿Buscabas sobre tu padre verdad?—preguntó con una sonrisa psicopata en su cara.

—Si, a mi me importa saber quien es, asi que decidí entrar y buscar por mi cuenta, pero no encontré nada, solo una cita en un centro de aborto nueve meses antes de yo nacer—Le respondí a su pregunta cruzando los brazos.

—Yo te iba a abortar, pero fui tan estúpida que me arrepentí. ¡Ay Grace! Tú naciste por pena, para nada más, cuando naciste ni a los ojos te pude ver, me diste asco por que no te quería. No te quiero—me respondió sacándome de su habitación y cerrando la puerta en mi cara.

Al escuchar eso,lágrimas caían; vaya mentira había vivido. Todos lo decían. Salí corriendo a mi habitación quedándome sin fuerzas y me recosté en la puerta. Busqué una navaja, una que estuviera nueva, super afilada; que cortara con tan solo tocar la piel.

Cogí mi diario y comencé a escribir.

Querido diario:

Si cometes los mismos errores, ya no son errores ya es una rutina de vida. Cortarme ya no es un error, así vivo. Esta es mi rutina diaria para poder vivir tranquila. Los cuentos de hadas no existen, las hadas madrinas, las princesas, el amor no existe, pero al cambio si existen las historias de terror y con ellos sus monstruos.
Atentamente,
La que nacío por pena.

La que nació por pena #CarrotAwards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora