Capitulo 4.❁

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Un nuevo día. Los pájaros cantaban al unísono con el rocío. Los rayos del sol entraban por la persiana de mi habitación. Mis ojos luchaban para no abrirse y seguir durmiendo. ¡Cuando amo dormir! Finalmente, abrí mis ojos —¡Y NO PUEDE SER!—suspiré.

No estaba muerta, y eso duele, todas las noches antes de irme a dormir, pedia no levantarme, pero ya había entendido que Dios no quería eso ¿era un tipo de castigo? no lo sé, tal vez.

¡Viernes al fin! No tendré que verle la cara a Jimmy dos dias. Amo los fines de semana, aunque mi hermosa «nótese el sarcasmo» madre esté presente, al menos no es tanto el cargo que tengo que soportar. Podría sobrevivir con eso.

Me levanté, y me quedé en la esquina de la cama mirando los mismos zapatos como por media hora ¿a poco no les pasa? Yo sé que sí. Volví a la realidad rompiendo mi línea de pensamiento. Fui al baño a darme una ducha. Amo bañarme con agua caliente. No el término «caliente» que es fácil de manejar, sino que esté hirviendo. No soporto la agua fría, solo en las albercas. Me vestí con lo de siempre, normal supongo. Ya saben como me visto, camisa de largas mangas y un pantalón, pero hoy decidí ponerme unos shorts un poco mas arriba de la rodilla. Bajé a hacerme algo de comer, ¿y adivinen quién no estaba para gritarme desde la cocina? ¡Mi madre no estaba! que alivio. Salí de mi casa hacía la escuela, odio completamente al que creo la escuela y a la que no se arrepentió de parir al hijo de puta de Jimmy. Él es el que debería de haber nacido por pena, no yo. Él es el que debió de ser abortado por poco amor, no yo. Yo sí me merezco una vida, y no él, aunque yo no sepa cómo sea su vida.

Rompí mis pensamientos rápido, porque vi que me acercaba a la escuela. ¿Nunca les he contado como es la escuela? Es como todas, bien cliché. Grande, con un patio enorme, albercas, gimnasio, y un montón de putas y capullos vestidos como atletas y porristas. Entrando por la escuela, la pelirroja casi rubia de ojos verdes me esperaba. Mi mejor amiga Destiny.

—¡Hey!—Dijo Destiny.

—Hola—Dije sin alguna expresión en mis palabras.

—¿Cómo estás?—preguntó ella, sonriéndome, buscando que yo sonriera también.

—Estoy viva, gracias por preguntar, respirando como siempre. Estoy bien mientras no vea al idiota ese—le respondí.

—Sí, no lo he visto, es raro—Dijo ella sorprendida, sonriendo y haciendo un gesto gracioso con sus manos, como de celebración.

—Sí, no lo he visto, es raro—Dijo ella sorprendida, sonriendo y haciendo un gesto gracioso con sus manos, como de celebración

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Respiré hondo y sentí un alivio. Iba a tener un día tranquilo, apacible y plácido sin insultos, sin problemas, sin Jimmy.

Di un suspiro, supongo que de felicidad o de calma; o ambas. Destiny y yo decidimos caminar hasta nuestros casilleros. Su casillero estaba a dos números del mio. Mi casillero era el 129 y el de ella el 131.

Pensabamos que el día iba a ir bien, pero al abrir mi casillero me encuentro con un cuchillo lleno de sangre, sabemos que sangre falsa, no son tan tontos como para matar a alguien para una broma; unas pastillas y un pequeño papel en el que decia:

La que nació por pena #CarrotAwards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora