Círculo Vicioso

2. Ojalá las motos tuvieran respaldo

—Deberías relajarte un poco, Chris o te harás vieja —la voz de Brandon me sobresalta.

Me giro y lo miro. Brandon es más alto que yo, con el cabello castaño y tiene ojos mieles, sería atractivo si se cortara el pelo.

—¿Me hablas a mí? —levanto la vista de mi libro y miro a mí alrededor.

Nunca nadie me habla en los recreos, a excepción de Alex y algunos de sus amigos.

—Sí. Mírate. Ni siquiera dejas de estudiar mientras comes —dice mirando el sandwish a medio comer que preparó mi madre y luego mi libro.

—No estoy estudiando. Es lectura por diversión —señalo la portada de mi libro.

—¿Ah? —frunce el ceño—. Sea lo que sea eso que lees deberías dejar de hacerlo y relajarte, te vas a estresar. Mira, ¿te parece sí después de clases vamos a mí casa y vemos alguna película?

—No. Tengo cosas que hacer, Brandon —digo tratando de no sonar cortante y sigo mi lectura.

—Entonces vemos una película mientras hacemos el trabajo de artes. ¿Ahí aceptas mi oferta? —se sienta a mi lado.

—No lo sé, tendría que avisarle a mi madre...

—Pues avísale ahora y vas a mi casa.

—Bien, le diré —ruedo los ojos.

La verdad es que no quiero ir a casa de Brandon, pero me da lástima rechazar su oferta.

Llamo a mi madre que contesta de inmediato.

—Hola, cielo

—Hola. Ehh... Mamá... ¿Puedo ir a casa de Brandon Adams cuando termine la... —no me deja terminar la frase porque se pone a chillar.

—¡Eso no lo tienes que preguntar! Por fin estás empezando a salir con chicos.

—¿Entonces puedo?

Por favor di que no, por favor di que no.

—¡Claro que puedes! —vuelve a chillar ¿Le hace tan feliz que vaya a la casa de un chico?—. Solo no vuelvas después de media noche. ¡Oh, mi niñita por fin va a tener novio!

—Mamá, no voy a tener novio —pongo los ojos en blanco.

¿Tanto escándalo porque un chico me invitó a salir?

—Ve y pásala bien —dice—. Adiós.

—Adiós —corto.

—¿Le avisaste? —pregunta Brandon.

—Eh... sí. Voy a ir a tu casa después de clases —murmuro un tanto incómoda y termino mi sandwish.

  
 
  

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—Tengo que buscar mi bicicleta, Brandon —le digo mirando hacia el estacionamiento.

—No. Mi casa no queda muy cerca de aquí, Chris. Te cansarás en bicicleta. Mejor vámonos en taxi y mañana te la llevas. Y dime Brand, Brandon suena muy largo.

—Bien —lo miro fijamente mientras llama a un taxi con la mano—. Brand.

Ambos nos subimos al taxi, yo dejo mi mochila sobre mis piernas y me pongo a mirar por la ventana. Esto es incómodo.

—¿Tu hermano va a estar en el equipo de fútbol americano? —me pregunta.

—Qué yo sepa no. ¿Por qué?

—Porque esté año quiero ser capitán y no puedo si tu hermano está. A él siempre lo eligen de capitán en todo.

—Le diré a Alex. Tal vez tengas una oportunidad.