16. Sueña bonito

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—¿Aceptas o no, Chris? —repite Austin cuando se da cuenta de que estoy en shock y no respondo—. ¿Pasas esta noche conmigo, bonita? —me agarra de las manos—. Hoy cambié las sábanas... Mi cuarto está limpio... Por favor quédate.

—No —digo y me paseo por su sala—. Es ridículo. No puedo quedarme.

—¿Ridículo? No es ridículo, hoy es viernes, mañana es sábado y no haremos nada malo, nada de alcohol, ni de drogas. Y sí, puedes quedarte si te lo propones.

—¿Entonces qué quieres que haga? llamo a mi casa y digo como si nada: "No voy a aparecerme para dormir. ¿Se preguntan por qué? Porque mi novio, (que por cierto es Austin), me invitó a dormir con él, en su cama". Si es ridículo, Austin. Alex se pondría furioso.

Austin se pasea de un lugar al otro pensandolo todo.

—Joder, si no te quedas aquí, te juro que yo me paso para tu cuarto e igual dormimos juntos —se pasa las manos por el pelo con exasperación—. Llama a Alex y dile que te quedas con otra persona, ¡con Leila!

—Se llama Laura. Y si le digo eso le tendría que decir también a Laura y eso nos crearía otro problema ¿sabes?

—No es cierto. Pero si eso es lo que tú crees... Dile a esa Laura que estamos juntos y te quedas conmigo. Pero asegurate de que se quede callada.

—¿Estás hablando en serio?

—Sí, gatita. Dile, pero asegurate de que mantenga su bocota cerrada sobre lo nuestro...

Una estúpida sonrisa se dibuja en mi cara y estoy tan feliz de que por fin quiera compartir aunque sea a una persona lo nuestro que salto de alegría, me tiro sobre él y enrollo las piernas en sus caderas.

—¡Ay, Aus! —chillo y escondo mi cabeza en la curva de su cuello.

Tal vez si aceptó decirle a Laura poco a poco acepte que más gente sepa de nuestra relación. Este es un paso muy grande para nosotros, creo.

—¿Qué pasó, nena?¿Lo vas a hacer? ¿Te quedarás aquí conmigo? —pone las manos en mi trasero para sujetarme.

—Eso creo, tengo que avisarle a mi madre...

—No creo que Kathy se haga mucho problema porque salgas ¿no?

—No, lo que me preocupa es Alex. A veces me harta.

—Que irónico. Te harta que te quiera —hunde la cabeza en mi pelo y susurra en mi oído—. Llama y dí que te quedas con Leila. Rápido —siento su sonrisa en mi cuello.

—Sí. Suéltame.

—No. Me gusta agarrarte por el trasero —me da un apretón—. Es que eres muy sexy.

—Basta.

Me libero como puedo de su agarre y tomo mi celular para mandarle un mensaje rápido a Laura:

"Si Alex pregunta por mí, dile que me quedé a dormir en tu casa. Porfis. Mañana te explico. XoXo"

Y como es Laura no tarda nada en responder.

"Cuenta conmigo, pero me tendrás que explicar con lujo de detalles. ¿Es por el sexy y follable Mahone?"

"Algo así... MAÑANA te cuento, Laura."

En eso suena el timbre.

—Eso ha de ser la pizza —dice Austin mirando su reloj con el ceño fruncido y va a abrir— Llegas con diez minutos de retras... ¡Mierda! ¡Te tenían que enviar a tí, ¿verdad?! —grita Austin con rabia. ¿conoce al repartidor de pizza?—. Dijeron quince minutos. Y ya van veinticinco.

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