capitulo Dos: ¨hola Clark, despertaste¨

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Mientras voy a avanzando por la avenida recuerdo todo lo que paso con mis padres el día del accidente.

* recuerdos *

— chicos dejen de discutir— dice mi hermosa madre acomodándose su cabello castaño hacia atrás.

—mamá pero Thomas no quiere ir a la piscina, pero yo si— Andy hace cara de puchero mirando a mis padres.

Papá va al volante, mi mamá de copiloto, y nosotros tres atrás (Andy, Thomas y yo).

Los mellizos van discutiendo, mientras yo observo a mis padres hablar.

—por que nos miras tanto hija— dice mi padre con una hermosa sonrisa en su rostro y se voltea a mirarme

—nada pa', nada importante— el voltea a coge la mano de mi madre, ellos dos se aman mucho y nos quieren demasiado.

Por eso en mi cumpleaños vamos a una casa campestre que mis padres compraron al casarse.

Mi papá alza la mirada a ver a mis hermanos pelear y sonríe frente al espejo.

Somos una familia bastante unida y feliz, fue lo que pensé en ese instante.

En ese momento lo poco que recuerdo es mi mama gritándole a mi papá y llanto.

De repente siento un fuerte golpe por el lado izquierdo del auto y quedo inconsciente.

Cuando despierto estoy boca abajo con mi cinturón y mis hermanos llorando, recuerdo sirenas de bomberos y policías.

Veo personas a nuestro al rededor, en ese momento caigo en cuenta y me giro a ver a mis padres.

Ellos no están, algo en mi vientre se mueve, no se que será, solo bajo mi vista hacia este, y veo un gran vidrio incrustado, provocando un gran charco de sangre debajo mío.

Como no soy buena para mirar la sangre, me desmaye en ese momento.

Por un momento empiezo a escuchar voces gritando y el auto chocando, pero creo que estoy en shock.

No se cuanto tiempo pasa pero al despertarme me siento magullada, adolorida, con frustración y rabia a la vez.

Al abrir los ojos veo a una señora muy bonita vestida de azul con una bata blanca y un estetoscopio en sus oídos escuchando mi corazón.

—hola Clark, despertaste— me dice ella alegre

—mis padres— logro decir mientras caigo en cuenta que estoy en el hospital

— Clark— ella se sienta en la camilla me mira —ellos no sobrevivieron el impacto, fue un accidente fatal, Clark. Intentamos traerlos a ellos con vida pero tu padre falleció en el accidente y tu madre en el traslado hacia el hospital— dice ella melancólica

—y mis hermanos— pregunto mientras se me sale una gruesa lagrima por mi mejilla.

— Clark— hace una pausa para aclararse la garganta

— que paso con ellos, ¿están bien?— casi no puedo hablar, siento mi garganta carrasposa

— Thomas no sobrevivió, hicimos todo lo posible para salvarlo, pero tuvo un derrame cerebral.

— y mi hermana ¿donde esta?.

— ella esta bien, por el momento, esta en la habitación al lado tuyo, pero esta dormida aun no despierta, ella fue la menos lastimada en el accidente— ella continua— a ti te logramos sacar el vidrio de tu vientre a tiempo y salvarte, pero ella esta en coma y no sabemos si despierte.

No se como sentirme si llorar, gritar o que hacer, todo en mi cabeza da vueltas, solo me imagino un montón de escenarios en mi cabeza, y haciéndome miles de preguntas.

Me toco el vientre y siento un vendaje en el, dolor y tristeza vienen a mi mente y me pongo a llorar desconsolada, con emociones que no se de donde vienen, yo era aun muy pequeña para asimilar tres muertes tan repentinas.

Al pasar las semanas me dieron el alta, pero en ese momento no sabia donde ir así que llamaron a mi familiar mas cercano para que viniera por nosotros.

Mis abuelos maternos, las personas que no visitábamos muy seguido, solo en navidad y pascua, pero según mi madre decían que eran muy estrictos y que fue un milagro que ella saliera de esa casa.

Creo que ellos entendían mi dolor, ya que me dejaban ir con mi hermana cuando quisiera.

Seguro mi madre se equivocaba, pensé en ese entonces, mis abuelos son buenas personas.

Todos los días iba allá a verla y estar a su lado, fueron los 7 meses mas duros de mi vida, la muerte repentina de mis padres y hermano, el coma de mi hermana.

Cada ves que iba a el hospital le contaba todas las cosas que me pasaban en la escuela cuando regrese de nuevo, le decía lo incomoda que me ponía cuando me tenían pesar, y que allí me trataban bien pero como una muñeca de porcelana. Yo sabia que si le hablaba, ella me escuchaba, así que siempre iba allá a verla después de clases y no salía de allí hasta que se acababa el horario de visitas.

Mis abuelos ahora eran nuestros tutores legales. Así que decidieron que nosotras nos quedáramos en nuestra casa, ya que ellos no quería cuidar niños otra ves, que les parecía una perdida de tiempo de sus planes futuros.

Casi se cumplían los 8 meses y mis abuelos decidieron que si mi hermana no despertaba al cumplir los 8 meses la desconectarían del respirador y todos su apoyos vitales.

No pude oponerme, no quería generar mas problemas, lo único que podía hacer era lo mismo de siempre hablar con mi hermana, pero esta ves constantemente.

Un domingo fui temprano a ver a Andy al hospital y al no la verla en su cama, empecé a correr por toda la habitación, gritando y preguntando donde estaba, llega una enfermera con Andy en silla de ruedas, despierta, consiente y con sus cinco sentidos .

Al verla no lo podía creer y empecé a llorar, fui corriendo a abrazarla y la apretó fuerte

— mocosa, me duele— dice quejándose

Me rio y limpio mi nariz con mi antebrazo.

— perdón— digo sonriendo

Las semanas de recuperación y saber que Andy estaba sin secuelas del coma fueron largos.

Cuando ella salió del hospital fuimos a casa pero ella no podía entrar a un lugar de tantos recuerdos.

Quedamos en un acuerdo con mis abuelos, ellos colaborarían con todo lo correspondiente según el juez y servicios sociales hasta que yo cumpliera mi mayoría de edad, pero no vivirían con nosotras.

A mi me toco cuidar a Andy, y apoyarla en todo, su colegio, su vida, fui como un apoyo moral y sentimental para ella.

*

Al llegar al estacionamiento del edificio, me detuve ahí asimilando todo, no podía creer que ya había pasado seis años desde ese trágico accidente.

Al tomar en cuenta que llegue al trabajo me limpio las pequeñas lagrimas que cayeron por mis mejillas y me dirijo a el ascensor para subir a mi oficina.

En una de ellas veo a Lucy la única persona que deje entrar a mi vida, la conocí en mi universidad y podría decirse que es mi mejor amiga, ella me ha ayudado bastante con lo de mis padres, claramente aparte del psicólogo, pero ella me entiende muy bien.

— hola jefa.

— hola Lucy— lo digo algo seca.

— hey ¿por que tan seca?,¿te ocurrió algo?.

— Lucy sabes claramente que debo cambiar mi actitud al dirigir la empresa, no puedo ser débil ante el mundo, ante mis empleados. Hay que expresar firmeza y autoridad.

— bueno como sea, nos vemos arriba en tu oficina, tengo que comentarte algo — sonríe algo ansiosa

Pero me intriga que ella este sonriendo con algo delicado, pero no le tomo importancia y sigo mi camino.

TANK U

MI VECINO DE EN FRENTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora