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—¿Entonces es oficial, olvidarás a Temo? —pregunto la chica mirando a su amigo—

—Si, Dulce por dios, ¿En verdad crees que me meteré en una relación? En una la cual es mucho más seria de lo que creía, están comprometidos, van a casarse, no puedo arruinar eso, no puedo arruinar la felicidad de Temo —respondio Axel de manera sería—

—Eso fue antes de conocerte Axel, ¿Que pasa si el siente algo por ti?, Puedes decir lo que quieras, pero las miradas que nos da cuando estamos juntos, no son normales, el está celoso, el te quiere, yo lo sé, es como un sexto sentido —dijo Dulce tomando las manos de su amigo— No te des por vencido.

—¿Y como no me doy por vencido? El lo ama, el día del accidente se veía muy preocupado, veía con terror a Aristóteles, no quería perderlo, el lo ama. Al final de todo, el y yo no estábamos destinados —murmuro Axel cabizbajo—

—Dile lo que sientes, cuéntale todo. Si el te acepta, tienen la oportunidad de estar juntos, si Aristóteles lo ama, lo dejara ser feliz. Y si te rechaza, sabremos que el no te merece el se lo perderá —dijo la castaña tomando el rostro de su amigo— Lucha por lo que amas, Axel jamás se da por vencido, ¿Recuerdas?

—Realmente no tengo ganas de luchar por alguien que puede no sentir lo mismo por mi, Dulce. Pero aún tengo esperanza. —susurro el chico mirando a su amiga—

—La esperanza y la fe es lo último que se pierde, recuerda aquello siempre. Pero ahora es momento de dejar aquellos miedos e ir a buscar al lindo castaño que te tiene loco, decirle lo que sientes y escuchar su respuesta —Dulce miro a su amigo con cariño, suavizando su voz para transmitir tranquilidad—

—Lo haré Dulce, haré mi último intento para averiguar lo que siente Temo por mi. Pero si el no siente nada por mi, no me importara lo que yo sienta, yo me quitaré del camino y los dejaré ser felices. Por qué tienes razón en algo Dul, si alguien ama a otra persona, siempre la dejara ser feliz aún que la felicidad no esté de su lado. —comento el chico, para después dar una pequeña sonrisa—





































Es que no te entiendo amigo, ¿Sientes algo por Axel? —pregunto el pelirubio desde la pantalla—

—No lo sé Diego, yo amo a Aristóteles, de eso sí estoy seguro. Pero al ver a la chica esa y a Axel besarse, sentí un nudo en mi garganta, sentí mi mundo caer. No sé que es lo que me pasa, Diego —contestó de manera triste el castaño—

Amigo, creo que estás muy confundido, incluso más de lo que estuvo Aristóteles y eso es decir mucho. Lo mejor que te puedo recomendar es hablar con Axel y con Aristóteles, con ambos. Si en verdad sientes algo por el doctor, estás de acuerdo que no puedes seguir comprometido a Aristóteles. Aún que Tontóteles no me caiga del todo bien, no merece estar en una relación, con alguien que comienza a amar a otra persona. Y con Axel para aclarar muchas cosas. Tal vez viste mal amigo, tal vez aquella chica y el doctor se besaron solo la mejilla y tú imaginaste otra cosa. —Diego miraba a su amigo con seriedad, el sabía lo que Aristóteles significaba para Temo, pero también había entendido que su amigo había comenzado a sentir algo por alguien más—

—Eso haré Diego, hablaré con ambos. Tienes razón, Aristóteles no merece eso. Aún no se que es lo que siento por Axel, pero pronto lo sabré. En ese momento tomaré mi decisión con mi compromiso con Aristóteles. —Temo hablaba de manera baja, no le agradaba la idea de estar confundida a tal forma, no le gustaba sentir aquello, el quería estar decidido por completo, sin embargo Axel lo confundia demasiado, pero el amaba a Aristóteles, era una montaña rusa de emociones y sentimientos, de la cual solo se podrá bajar hablando con los otros dos—

𝐄𝐥 𝐝𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐀𝐱𝐞𝐥 |✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora