13 Nada podrá salir mal, verdad?

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Zaratrás pasó la noche cuidando al rey, lamentablemente un centauro no puede hacer mucho por un gigante enfermo.

- Lamento no poder hacer nada más para ayudarlo...-

- No te preocupes, sé que voy a morir, mi reina solamente trata de mantenerme vivo porque se resiste a qué yo vuelva al centro de Armara. Quiero que mi hijo esté bien preparado y sé que lo estará.-

- ¿No tiene miedo de morir?-

- Claro que tengo miedo, pero no pueden dar con un diagnóstico y si no hay diagnóstico no hay cura, solamente vomito sangre muy seguido y eso es todo lo que sabemos.-

- Su hijo debe estar muy preocupado-

- No lo creo, jamás nos llevamos bien, lo presioné demasiado y por mi culpa es que es emocionalmente inestable y eso es peligroso -

- Entiendo, creo que debería hablar con él antes de... Bueno... Ya sabe...-

- Hablamos y solamente me recuerda lo mal padre que soy y tiene razón, no fuí bueno con él ni con mi esposa...-

- Bueno... Su reino se ve muy estable-

- Fué lo poco que hice bien... Supongo.-

- Creo que lo hizo bien, las leyes se respetan y por lo que veo la economía es estable, podría ser una potencia-

...

- Rey...-

...

El rey finalmente ha muerto.

Zaratrás dió la noticia a la reina, ahora todos sabrán que el rey murió.
Su cuerpo será preparado para una cremación. Al ser un gigante no hay espacio suficiente para ser enterrado. Si todos los gigantes se enterraran después de morir, ya habrían llegado al núcleo de Armara, la cremación es el mejor método para deshacerse de los cuerpos.

El principe Arturo acaba de enterarse de la muerte de su padre...

- Esto es malo, Azulejo, no estoy listo para tanta responsabilidad...-

- ¿No te da tristeza?-

- Claro que me pone triste, fué un mal padre y esposo, pero igual fué importante para mí, pero no tengo tiempo para llorar...- Dijo el principe con los ojos llorosos.

- Puedo ver que quieres llorar, es mejor sacar ese dolor...-

- Sabes mucho de emociones por lo que veo...-

- En realidad no, solamente dije lo que creo que es correcto-

Después de que Azulejo dijera eso, el principe se echó a llorar en su cama, lamentando haber tenido una mala relación con su padre.

- Te dejaré sólo para que llores en paz-

- ¡NO!... Perdón... No, no lo hagas, por favor quédate, necesito apoyo...- Dijo mientras tomaba a Azulejo y la colocaba cerca de él.  - Necesito un abrazo-

- Está bien...- Respondió mientras intentaba abrazar al inestable príncipe.

- ¿Serías mi amiga? Necesito que alguien me apoye, normalmente no tengo a nadie más y bueno... No soy muy bueno socializando...-

- Claro...- Respondió Azulejo.

- Gracias- Dijo mientras se levantaba de la cama y limpiaba sus lágrimas. Tomó a Azulejo con una mano. - Entonces te quedarás en el castillo conmigo.-

- Me gustaría, pero ya tengo un nuevo hogar y bueno, no puedo abandonar a mi familia, es la primera familia que tengo.-

- Podrás visitarlos cada que quieras, después de todo ya no serán nómadas por lo que me enteré -

- Debo consultarlo con Zaratrás, él es como un papá para mí.-

- Está bien, vé con él, yo te esperaré y le diré a mi madre.-

Azulejo fué con Zaratrás a contarle el plan de Arturo.

- No sé si será una buena idea... Será mejor que no te quedes aquí, no sabes que...-

La reina interrumpió la respuesta de Zaratrás
- Me parece maravilloso que te quedes, serás de gran ayuda aquí y los centauros serán bienvenidos en el reino, podremos hacer una buena alianza.

- Con todo respeto majestad, ¿Qué podemos los centauros darle a su reino?.- Preguntó Zaratrás con cierta sospecha.

- No busco una alianza con los centauros, busco una alianza con seres más poderosos, pero estoy dispuesta a cederles más hectáreas si Azulejo decide quedarse aquí.-

- ¿Puedo ir por mis cosas? No son muchas- Dijo Azulejo

- ¡No te vas a quedar con ella!-

- Por favor dejame hacer algo por ustedes, ustedes me dieron mucho y yo no les he dado nada-

- No hace falta que lo hagas, yo lo daría todo por ti porque te veo como una hija para mí, no dejaré que te manipulen por una tonta alianza.-

- Ustedes no tienen espacio para cultivar o cazar, lo necesitan, necesitan lugares para vivir dignamente... Por favor déjame hacer ésto por tí y por los demás...-

- No tienen nada de que preocuparse, podrás ir a pasar tiempo con ellos cada que quieras- Dijo la reina.

- Bien, puedes quedarte, por favor escríbeme y ven a visitarnos, voy a extrañar mucho verte en tu grupo de estudio -

- Estaré bien, no tienes nada de que preocuparte-

Ambos se despidieron con un abrazo.

- Muy bien, está decidido, ahora necesito que vengas para la repartición de territorio.-

- Claro majestad...-

Zaratrás se fué con la reina para aburrido papeleo.

- Genial, ahora podremos ser los mejores amigos- Dijo Arturo mientras recogía a Azulejo con su mano y la llevaba a su habitación de nuevo.

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