Nueva Líder

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Aww que bellos comentarios me dejan, me hacen feliz!
le pido paciencia con los términos, aun no los manejo del todo bien, si tienen alguna sugerencia les agradezco en el alma!

y ahora, vamos al capitulo!. 

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-Hua shufu... ¿a dónde fueron A-die y A-niang? - aunque parecía estar concentrado haciéndole un hermoso dibujo a su A -Niang, no podía evitar extrañarlos. En el fondo pensaba que tal vez lo habían abandonado de nuevo. ¿eso no podría ser posible o sí?

San Lang sintió la incertidumbre del pequeño y posando una mano en su cabeza le hizo levantarla para que le mirara directo al ojo

- A-Cheng, ellos no te abandonaran- le sonríe tiernamente despeinado un poco sus cabellos- tu A-Die y A-Niang fueron a resolver un asunto en el reino mortal, regresaran en cuanto se desocupen, además le prometiste a mi gege que le ayudarías con el jardín de lotos que quiere sembrar en tu honor-

- ¡es verdad! Xie Gege me pidió ayuda y A-Niang me dijo que lo ayudara mucho porque gege suele ser muy torpe- dijo con una tierna sonrisa.

San Lang solo pudo reír levemente ante las ocurrencias del niño- lo sé, gege es algo especial, es muy especial para mí, por eso guardemos el secreto ¿vale? Para que gege no se ponga triste- vio al niño asentir con alegría.

No llevaban más de dos semanas en eso de ser padres y He Xuan y Qingxuan habían reformado la guarida de aguas negras, añadieron una habitación para A-Cheng y lo llenaban de mimos y regalos tanto de los mismos padres como de los conocidos, en especial los conocidos del señor del viento o como él les decía "Los que quieren ganarse el favor del viento".

Lo curioso del asunto es que los colores de toda la ropa del pequeño eran una armónica mezcla de los colores del maestro del viento y la devastación del mar. Ahora Jiang Cheng no tenia los colores de esa secta, ahora usaba unos pantalones negros y botas de cuero forradas negras y sobre todo un hanfu azul oscuro con olas bordadas en hilos blancos, el cinturón era delgado y también tenia bordados delicados de nubes y montañas.

Honestamente estaba sorprendido, pues el pequeño era muy bien portado y casi no hacia travesuras, claro estaba que cuando se lo dejaban a el y a su alteza para cuidarlo, como en esta ocasión, eran necesarias mas mudas de ropa, pues solía llevarlo a jugar al rio, entre el bosque, le enseñaba a escalar arboles y recientemente descubrieron que le gustaban los perros, así que como shufu consentidor que se prometió ser, estaba en busca de un cachorro para dárselo a su sobrino.

Desde la entrada del templó Xie Lian veía embelesado la escena, su San Lang era como un niño más cuando estaba con su pequeño sobrino, pero aun así le cuidaba cuando le enseñaba a escalar y le daba palabras de confianza cuando sentía que el pequeño tenia miedo de algo. Eso solo le hacia pensar cuan maravilloso seria su San Lang si tuvieran un pequeño como A-Cheng que fuera de ellos.

Si bien el no debida sentir envidia, muy en el fondo lo hacia pues hasta su disco loco primo, el ser mas deshonro y vulgar era un padre devoto, aunque claro, el general Tai Hua jugaba mucho en eso sumándole que Gu Zi era demasiado bien portado y educado como para copiar las vulgaridades que decía su padre.

- ¿quién se pondrá triste? - se adentró en el templo haciendo como si no hubiera estado espiándolos desde hace un buen rato

- ¡Gege! - Xie Lian solo pudo reír cuando escucho dos voces llamarlo al mismo tiempo, de la misma forma y con la misma expresión de alegría en sus rostros.

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Por el bien de su salud mental, al de su esposo y la de su hijo, del cual estaba demasiado orgulloso, dicho sea de paso, tomo la decisión de no posponer mas su visita a la secta Yunmeng, y como toda devastación que era, su llegada no paso desaperciba, la agitación violenta de los lagos de loto y el aumento mismo del nivel del agua solo era una pequeña muestra de su ira contenida.

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