La Calamidad naciente entre los Lotos

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Si los Wen pensaron que conquistar Yunmeng iba a ser fácil, se llevaron una gran y terrorífica sorpresa. 

Todo comenzó antes de caer la tarde. El silencio en los lagos de loto era inusual. Yanli ordeno que todo fuera protegido, desde los mercaderes al borde del lago hasta las casas cerca de la frontera. 

No quería a su pueblo en medio de fuego cruzado, así que lograron de alguna forma proteger a los ciudadanos y guiar a los Wen solo al área de la secta.  Todos estaban listos, pero Jiang Chen pidió ser quien estaría al frente, quería proteger el nuevo hogar que su hermana construyo. 

Así que ahí estaba, esperando la primera oleada de soldados provenientes de los barcos, Wei Ying estaría en la entrada por tierra, ya que una de las "debilidades" de Yunmeng era que tenia dos entradas, y por ambas se podía atacar, confiaba en su mejor amigo y primo, así que no tenia que preocuparse por el. 

solo tuvo que esperar unas cuantas horas, cuando unos barcos aparecieron en el horizonte, su sonrisa se hizo despiadada al ver aquellas velas blancas con ese sol naciente en un rojo sangre, sin dejarlos siquiera desembarcar Jiang Chen comenzó el ataque. 

Lo que primero se escucho fue como un silbido seguido de un fuerte viento, los barcos comenzaron a moverse y del lago salieron dos gigantes esqueletos de pez. Mientras los wen luchaban algunos por bajarse de los botes, otros tratando de tirar aquella cosa, un fuerte rayo cayo en el centro de un barco. El fuerte sonido del trueno oculto el sonido de la explosión que causo aquel fenómeno

Wen Chao estaba lleno de furia,  alguien había osado atacar su ejercito. ¡El ejercito que le dio su padre para atacar ese muelle de segunda! El iba a conquistar ese muelle y para humillar a esa secta tomaría a esa mujer que se hacia llamar líder como su concubina.  

-Oh, Maestro Wen, bienvenido a mi hogar- la sonrisa sádica de Jiang Cheng era resaltada por el brillo espectral en sus ojos violeta, los rayos se acomodaron al rededor de los esqueletos de los peces, siendo comandados completamente por Jiang Cheng- veo que viene a invadir nuestro muelle, me temo que eso no será posible así que ..., retírese antes de que le rompa las piernas- gruño bajo la asombrada y algunas temerosas miradas

-Ja! ya crees que te obedeceré, no eres mas que un aparecido en esta secta, un don nadie- se mofo Wen Chao- ¡Soldados de la Secta Wen! ¡Quemen este lugar hasta los cimientos! - 

-bueno, cumplí con la parte de mi A-niang: pedirlo de forma amable- suspiro y sonrió oscuro- ahora... vamos con el método de A-Die- susurro sacando su espada, la cual brillo un poco también- Soldados de la Secta Yunmeng ¡Protejan su secta a toda costa!- 

Solo bastaba ese grito de batalla para que un gran grupo de soldados salieran al encuentro con los Wen. La batalla fue intensa pero Jiang Cheng hizo gala de sus habilidades: No solo con la espada, si no también controlando el trueno y los peces de su A-Die. 

Los mandaba al agua, que atacaran otros barcos, que devoraran a los Wen y los llevaran lejos de ahí. 

-¡Que hacen! regresen!, cobardes!!- Wen chao veía como sus soldados se retiraban del miedo - Tu! maldito don nadie!!- saco su espada, que aunque temblaba en su mano, no podía bajara- Zhunliu! Destrózalo!-  ordeno mientras salía corriendo en retirada. 

Jiang Cheng se quedo mirando al hombre que se acercaba, era el famoso "derrite núcleos". Debía andarse con cuidado, No quería perder su núcleo dorado de una forma tan estúpida como lanzarse a pelear con el cuerpo a cuerpo, Pero aun así cuando le atacaba el mantenía la distancia: un solo roce y seria el fin de todo. 

Pero que la mano derrite núcleos lo atacara era solo para mantenerlo a raya, los restantes de los Wen comenzaron a avanzar mas rápido, y fue en un ligero descuido que vio esa mano muy cerca de su pecho. "Voy a perder mi núcleo", fue lo primero que pensó Jiang Cheng cerrando los ojos y cruzando los brazos frente a el para al menos evitar el impacto. 

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