Capítulo 5

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-David. Canijo.- Decía Emma acercándose a su hijo.

-Umm.- Soltó el niño removiéndose en la cama.

-Es hora de ir al colegio.- Emma lo cogió en brazos como era habitual.

-Vale...- Dijo pasando sus manos por el cuello de su madre para no caerse.

-¿Qué te pasa, canijo?- Preguntó Emma preocupada por la actitud de su hijo.

-Nada, mama.- Dijo aunque el instinto de Emma le decía que estaba mintiendo.

-Sabes que tengo mi súper poder siempre activado, ¿Verdad?- Preguntó Emma mientras llevaba al niño a la cocina para darle el desayuno.

-Sí. – Contestó simplemente el niño.

-Entonces...- Emma lo sentó en la silla alta para que llegase a la mesa y pudiese comer.- Cuéntame qué te sucede.- Insistió la rubia dejando sobre la mesa un cuenco con leche.

-No me gusta el cole.- Dijo David agachando la cabeza.

-¿Por qué no?- Preguntó Emma aunque sabía la respuesta.

-Los niños son malos.- Dijo David en un susurro.

-¿Se meten contigo?- Preguntó Emma acercándose a él para poder mirarlo a los ojos.

-Sí, porque yo soy más listo.- David hablaba con sentimiento, sus ojos dejaron ver unas lágrimas.

-Vamos a hacer una cosa, ¿Vale?- Habló Emma con el corazón encogido al ver a su hijo así. Ella no pensaba que ir al colegio le iba a causar tantos problemas a su hijo, pero en tan sólo un mes David había pasado de la emoción y la felicidad inicial al pesar y malestar que lo rodeaba en ese momento.

-¿Qué?- Preguntó curioso limpiándose las lágrimas en su pijama.

-Vamos a buscar un colegio que te guste.- Dijo Emma.

Emma había hablado con infinidad de especialistas sobre el tema y todos le habían recomendado que David debía hacer una vida normal pero eso no estaba funcionando por lo que había decidido que haría lo que fuese necesario para que su hijo fuese feliz.

-¿en serio?- Preguntó el niño dejando entrever un toque de emoción.

-Sí. Mañana iremos a ver al señor Hopper para que nos ayude.- Dijo Emma viendo como su hijo se relajaba y la abrazaba fuertemente.

-Gracias, mami.- Dijo él.

-Ahora a desayunar, canijo.- Emma dejo escapar una lágrima por su mejilla pero se giró antes de que David pudiese verla.

Tras darle el desayuno a su hijo y vestirlo fue Mary Margaret la que se encargó de llevarlo al colegio mientras que Emma aprovechaba las dos horas que le quedaban para ir a clase para terminar el trabajo que le entregaría ese mismo día a Regina.

-¿Emma?- Preguntó Mary entrando en la casa.

-Estoy en el dormitorio.- Contestó la rubia sin levantar la cabeza de los libros que había sacado de la biblioteca.

-¿No vas a clase?- Preguntó su madre dándole un beso en la cabeza y sentándose al borde de la cama para mirarla.

-Sí, en dos horas.- Contestó mientras releía su trabajo.

-Me ha dicho David que mañana ibais a ver al señor Hopper.- Dijo Mary Margaret que al haberse levantado tarde no había escuchado la conversación anterior.

-Sí.- Dijo la rubia dándose la vuelta para mirar a su madre.- Esta mañana estaba triste y al preguntarle me dijo que no le gustaba el colegio y que los niños se metían con él.- Emma habló bajito debido al sentimiento que le producía decir esas palabras.

Por amor al arteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora