Capítulo 32

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-Hazlo.- Murmuró Emma al ver la inseguridad que mostraban los ojos de Regina a pesar de que intentaba ocultarlo.

Regina se acercó a la cama y tiró de las sábanas para sacarlas de debajo de la cama y poder colocarlas como ella quisiese. Tras darle unas leves indicaciones a la rubia le colocó la sábana para tapar tan sólo su pecho y su pelvis, Emma se dejaba hacer disfrutando de las caricias y los besos que la morena le regalaba.

-¿Estas cómoda?- Preguntó entonces Regina antes de salir.

-Sí.- Contestó Emma.- Quiero otro beso.- Pidió antes de que Regina se pusiese detrás del lienzo para pintarla.

-Si sigo así no te voy a pintar.- Murmuró intentando separarse de los labios de la rubia con mucho esfuerzo.

Regina se colocó de tal manera que podía tener el lienzo de frente y podía ver a Emma, sin que ella viese lo que pintaba. Los minutos fueron pasando, Emma hablaba para aliviar la tensión de su cuerpo mientras que Regina estaba concentrada y contestaba escuetamente a los que Emma decía, la estaba escuchando pero estaba tan concentrada que no podía decir nada.

-¿Esta listo?- Preguntó Emma al ver que Regina dejaba de pintar.

-No, es sólo un boceto.- Dijo Regina mirándola unos segundos.

-¿Puedo verlo?- Preguntó inquieta.

-No, cuando lo termine te lo enseñare.- Aseguró entonces la morena dejando las pinturas.

-Por favor.- Pidió Emma levantándose y dejando caer la sábana.

-No insistas.- Dijo Regina guardando el lienzo en su vestidor para que Emma no la viese.

-¿De verdad no me vas a dejar verlo?- Preguntó una vez que Regina había vuelto al dormitorio.

-No.- Contestó la morena dirigiéndose al baño para lavarse las manos.

-¡Cabezota!- Espetó Emma esperando a la morena de pie al lado de la cama.

-No sabes cuánto.- Soltó entonces la profesora volviendo al cuarto y encontrándose con la rubia completamente desnuda delante de ella.

Regina pasó su lengua por los labios y se quedó estática mirándola. La morena la estaba devorando y Emma estaba disfrutando de esa mirada, después de la noche que habían pasado todos sus miedos y nervios se había esfumado. Regina se acercó y paso sus manos por las caderas de la rubia para acercarse y besarla pero Emma retrocedió un poco y dejó a la morena con las ganas de ese beso y provocó un gemido de frustración.

-Enséñame el cuadro.- Dijo Emma en tono retador.

-No.- Contestó Regina apretando el agarre en la cintura de la rubia e intentando besarla de nuevo pero sin éxito otra vez.

-Muéstramelo.- Insistió entonces la rubia.

-No.- Volvió a decir Regina que soltó a Emma y se alejó de ella.

Emma temió que Regina se hubiese enfadado por negarle ese beso dos veces pero lo que vio fue muy gratificante y le quito todas esas dudas. Regina que quitó la bata y la dejó sobre la cama para después caminar lentamente hacia su lado de la cama antes de meterse entre las sábanas que Emma había dejado de cualquier manera minutos antes.

La rubia se coló entonces también entre las sábanas y abrazó el cuerpo caliente de la morena por la espalda, Regina sonrió socarronamente pues había conseguido lo que se proponía.

-Esperare para ver el cuadro.- Dijo Emma en el oído de Regina.

-Claro que vas a esperar.- Aseguró entonces la morena sin moverse.

Por amor al arteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora