Capítulo 17

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Media hora después Regina estaba entrando por la puerta del hospital, no entendía su arrebato y su ofrecimiento pero no podía negar que todo lo referente a esa rubia la estaba descolocando y estaba poniendo su mundo del revés. A pesar de evitarlo todo lo que podía, Emma Swan conseguía desarmarla y David jugaba a su favor, por lo que era un claro dos contra uno, en el que Regina tenía todas las perder o las de ganar si se dejaba llevar y destruía toda esa máscara y coraza que había creado a su alrededor.

-Buenas tardes.- Dijo Regina entrando, tras haber tocado, en la habitación que Emma le había indicado en su mensaje.

-Hola.- Gritó David corriendo hacía ella para abrazarse a sus piernas, movimiento que Regina no vio venir.

-Buenas tardes.- Contestaron las dos mujeres sonriendo al ver la reacción del niño.

-¿Cómo se encuentra?- Preguntó educadamente Regina que había conseguido separarse un poco del niño para acercarse a la cama de la mujer mayor.

-Por suerte mucho mejor.- Contestó la mujer.- Lo único que me tienen aquí encerrada.- Añadió con una sonrisa.

-Es lo mejor, señora Swan. El médico sabrá tratarla, estoy segura.- Dijo Regina acariciando el cabello del niño que seguía a su lado.

-Seguro que sí, y muchas gracias por todo lo que está haciendo por nosotros.- Dijo Mary Margaret con una sonrisa de agradecimiento.

-No hay de qué.- Contestó Regina mirando a Emma que no había hablado más allá del saludo inicial.- Señorita Swan, ¿Podemos hablar fuera?- Le preguntó Regina que vio como la mujer asentía.

Emma salió detrás de Regina, primero coloco a su hijo al lado de su abuela para que hablase con ella y no se desesperase. Nada más salir se encontró con la morena de pie al lado de la puerta con las manos apoyadas sobre sus caderas, podía parecer una postura bastante intimidatoria pero Emma no lo vio así.

-Gracias.- Dijo Emma nada más llegar a la altura de la morena.

-No tiene que darlas.- Aseguró Regina.- ¿Tomamos un café?- Preguntó sin pensarlo demasiado pues sabía que si lo pensaba se arrepentiría.

-Claro.- Emma se encamino entonces hacía la cafetería seguida de cerca por la morena que estaba algo más nerviosa de lo que le gustaría admitir.

Las dos entraron en silencio a la cafetería sentándose en una de las mesas que había al fondo, donde no había tanto movimiento y podrían conversar tranquilas. El camarero se acercó y ambas pidieron un café.

-¿Está segura que no es una molestia quedarse con David?- Preguntó insegura la mujer.

-Claro que no, además creo que estará mejor conmigo que con la señorita Lucas.- Dijo Regina sin darse cuenta de que esa afirmación había molestado a la rubia.- Sin querer menospreciar la ayuda que le da.- Explicó haciendo que Emma se relajase un poco.

-Realmente no es muy dada a cuidar de niños pero creo que lo hubiese hecho bien, además estando con Bella todo sería más fácil.- Explicó Emma tranquilamente.

-He notado que son muy cercanas.- Dijo Regina como si no supiese nada, quería ver la reacción de la rubia.

-Mucho, son pareja.- Soltó sin más Emma sonriendo.

-No me sorprende para nada.- Aseguró Regina que dejo ver una ligera sonrisa en su rostro.

- Ruby no es la maestra del disimulo precisamente.- Soltó Emma dejando ver una gran sonrisa en su rostro que consiguió que Regina también sonriese ligeramente.-De nuevo gracias por todo lo que está haciendo por nosotros.- Dijo de nuevo Emma al notar el silencio entre ellas.

Por amor al arteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora