TRADUCCIÓN_Harry Potter y el armario_COMPLETO

Capítulo 5: Lecciones aprendidas

Descargo de responsabilidad: consulte el Capítulo 1. Las revisiones son bienvenidas, las llamas no.

Capítulo 5: Lecciones aprendidas

Harry desmontó, enterrando sus manos y rostro en la melena del león, escuchando por un momento el sonido del profundo ronroneo que emanaba del grueso pecho del león. En ese momento, todo estaba bien en su mundo. Estaba tan absorto que no podía hablar.

Merlín lo estaba esperando en la mesa de la cena cuando Harry entró en la cabaña.

"¿Disfrutaste tu día con Aslan?"

Aturdido por un momento, Harry tartamudeó, "¿C-cómo ...?"

Merlín sonrió y se encogió de hombros. Con un gesto de la mano en la mesa cargada de comida, dijo. "Ven a comer y cuéntame cómo fue tu día".

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Harry se paró frente al espejo estudiando su reflejo. El rostro que lo miraba tenía una barba de chivo y un bigote bien recortados. Estaba bastante orgulloso de ello. Harry se echó hacia atrás un mechón de su largo y sedoso cabello que ahora le caía por los hombros, sonrió y asintió con aprobación.

Debido a la negligencia de sus familiares, siempre sería pequeño de estatura, pero se las había arreglado para desarrollar un músculo definido para cubrir su esbelta figura. "Nervioso, creo que esa es la palabra que usa el escritor", pensó, mirándose mientras buscaba su túnica.

Como antes, no tenía idea de cuánto tiempo había pasado. En todo caso, estaba seguro de que era mucho tiempo a juzgar por el desarrollo de su cuerpo. Sabía que había pasado días con Merlín, aprendiendo todo lo que necesitaba saber sobre la magia en general, así como la magia druídica de antaño.

Los reyes Peter y Edmund lo educaron en política y liderazgo. De la reina Lucía aprendió la mejor lección de todas, la compasión era una fortaleza, no una debilidad. Ella también le enseñó modales corteses y etiqueta.

Sus lecciones más difíciles vinieron de Godric y Salazar. Lo educaron en todas las formas de magia y armamento de combate. Ellos tendían a darle una paliza de manera regular, es decir, hasta que descubrió cómo cambiar las tornas con ellos. A los dos magos les gustaba formar equipo contra Harry para acostumbrarlo a luchar contra más de un oponente a la vez. Harry resopló, recordando la primera vez que los había vencido dos contra uno en un duelo. Decir que se sorprendieron sería quedarse corto.

Para colmo de males, Rowena, Lucy y Helga habían estado observando desde el margen, dando apoyo moral. Las damas se rieron tontamente mientras los magos de rostro enrojecido luchaban por ponerse de pie.

En general, fue un buen día. Pensó Harry.

"¡Harry, muchacho!" La voz de Merlín lo llamó, rompiendo en su ensueño.

"Cuando hayas terminado de admirarte, baja. Tienes visitas".

Harry bajó corriendo las escaleras para ver quién estaba esperando. No creía que tuviera lecciones hoy. Merlín le habría dicho un desayuno. Junto al viejo mago, de espaldas a Harry, había dos personas que no reconoció. Hasta que se dieron la vuelta, eso es. El hombre tenía el cabello negro desordenado y lentes, y la mujer tenía los ojos verdes más impresionantes que Harry había visto en su vida.

"¿D.. .Pad? ¿Mmmum?"

"¡Harry!"

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Aslan miró hacia abajo desde el afloramiento escarpado con vistas al molino cuando salieron tres personas.

Harry miró al majestuoso león por un momento antes de que algo que su madre dijo llamara su atención.

Lentamente, el león descendió por la formación rocosa para encontrarse con el trío.