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ㅡBuen trabajo, espero se tomen un muy merecido descanso, buen fin de semana.

El profesor dijo antes de salír por la puerta, justo cuando el timbre sonó, indicando el final de la clase.

Todos y todas se levantaron de sus asientos, saliendo del salón con sus bolsos y mochilas en mano.

Sin embargo, cierto pelinegro no se movió de su lugar, sus pertenencias estaban aún sobre el escritorio. Sus manos cubriendo su rostro, mientras trataba de calmarse.

Estaba teniendo un atáque de pánico.

¿La razón?

Se le había caido un bolígrafo y cuando iba a levantarlo, alguien se le adelantó y accidentalmente hizo contacto visual con ese alguien.

Lo que desencadenó en una ola de inmenso terror en el pelinegro.

Había tomado el bolígrafo e inclinado su cabeza en agradecimiento, tratando de actuar como si todo estuviera bien, pero el dolor creciente en su cabeza y pecho demostraba lo contrario.

Comenzó a escribír lo que decía en  pizarra pero le fue imposible, porque su respiración comenzó a cambiar, a faltarle.

Estaba hiperventilandose.

Sus manos comenzaron a temblar, al igual que sus piernas, lo que trató de disimular, sacudiendo sus pies, golpeando estos contra el suelo.

Las náuseas no tardaron en llegar, junto con el fuerte y acelerado latido de su corazón, tan fuerte que casi podía escucharse fuera de su pecho y resonaba en su cabeza.

Llevó ambas temblorosas manos hasta su rostro, sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas.

No tuvo idea de cuanto tiempo estuvo así.

Pero una mano en su hombro hizo que descubriera parcialmente su rostro.

ㅡ¿Estás bien?

Miró a través de su cabello, encontrándose con dos ojos verdes y un rostro pálido y aniñado.

Bajó la mirada rápidamente y se sentó erguido, su respiración era fuerte y agitada.

El jóven frente a él frunció el ceño y le dió la vuelta a la mesa, parándose frente a él.

ㅡHey, heyㅡ. Hendery comenzó a sacudírse aún más fuerte, él aire le faltaba y comenzaba a oír aquellas voces en su cabeza que le susurraban cosas aterradoras y dolorosas. ㅡ¿Qué ocurre?

El ojiverde se agachó tomando las temblorosas manos de Kunhang, y las acercó a su pecho, para luego tomar su mentón con la otra mano.

ㅡMírameㅡ susurró con su suave voz, Hendery negó, un par de lágrimas bajaron por sus mejillas. El jóven se encargó de quitar éstas con su dedo pulgar, acariciando lentamente su piel. ㅡMírame, ¿puedes?

Kunhang dudó por unos instantes, pero la mano del ojiverde levantó su rostro y ambas miradas se conectaron.

El ojiverde subió una ceja, con una expresión que Wong no tuvo tiempo de analizar. Porque un escalofrío lo hizo sacudirse.

Soltó una de sus manos y se dió un golpe en el pecho, no podía controlar su cuerpo.

ㅡNo, no, no...ㅡ el chico tomó su mano nuevamente, su ceño fruncido. ㅡVamos, respira, todo está bien.

Hendery intentó inhalár, pero terminó soltando un sollozó, dolía respirar.

ㅡDespacioㅡ el ojiverde se acercó más a Hendery, y puso una mano sobre su pecho. ㅡInhala... exhala...

❝ odd ᥱყᥱ ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora