❝ odd ᥱყᥱ ❞

二

ㅡNo se porqué te quejas, si te fue bien allí adelanteㅡ dijo el dueño de la cafetería, mirando a KunHang desde la pared en la que estaba recostado.

ㅡGē, no...ㅡ intentó hablar el menor, pero no podía explicarse en palabras.
ㅡNo lo comprenderías...

El mayor sonrió de costado y se acercó al pelinegro, subió una mano a su rostro y movió su cabello un poco, dejando a la vista sus ojos.

Hendery apartó la mirada, aunque no corrió el rostro.

ㅡTienes razón... no te comprendo.

Murmuró Kun, pues para él los ojos del menor no tenían nada de malo.

Alejó su mano y dió un par de pasos hacia atrás, el más alto suspiró, sintiéndose más cómodo, teniendo su espacio personal.

ㅡListoㅡ apareció el tailandés, murmurando mientras levantaba la llave. ㅡ¿Nos vamos?

Se acercó al castaño bajito, quien asintió, tomando su mano.

ㅡ¿Te llevamos, Hennie?ㅡ Ten se dirigió al jóven, este negó.

ㅡNo en necesario, gē, tengo mi bicicleta.

Musitó, cruzando los brazos sobre su pecho. El tailandés comprendió que no debía volver a preguntar, podía ver lo ansioso que el alto estaba, asintió.

ㅡEstá bien, cuídate, Henㅡ levantó una mano, despidiéndose. El castaño a su lado hizo lo mismo, KunHang inclinó su cabeza.

Viendo como la pareja se alejaba, hasta perderlos de vista en una esquina.

Inhaló profundamente, y se abrazó a si mismo. Soltó un jadéo tembloroso, se volteó y comenzó a caminar hacia la parte trasera de la tienda.

Sacó de su bolsillo su billetera, y de esta la llave de la cadena que aseguraba su bicicleta, abrió el candado y desenroscó la cadena de la reja, depositándola dentro de su canasta.

Movió la bicicleta hacia atrás y se subió en esta, comenzando a pedalear por la calle desolada detrás de la tienda.

Tembló momentáneamente, cuando el viento helado de la noche se coló por el cuello de su sudadera.

Levantándose sobre el asiento, pedaleó más fuerte, sus ojos clavados en el camino frente a él. Algo oscuro por la hora y el hecho de ser un barrio viejo con las pocas luces que quedaban, iluminando poco y nada.

Le tomó menos de veinte minutos llegar a su casa.

Cruzó el portal y dejó su bicicleta en una esquina. Se quitó el bolso de los hombros y se acercó a la puerta, mientras buscaba sus llaves.

ㅡOh, gē, hola.

Se sobresalto, cuando la puerta se abrió. Frente a él estaba Yang Yang, un estudiante de secundaria originario de Alemania, y uno de los varios chicos con los que compartía la casa.

ㅡPasaㅡ dijo el sonriente castaño, haciéndose a un lado.

Hendery asintió y entró, el más bajo cerró la puerta detrás suyo. Se quitó su bolso y sus zapatos.

ㅡ¿Te ibas?ㅡ preguntó, recordando al jóven abriendo la puerta. Se volvió hacia él.

ㅡYo eh... ¿si?ㅡ Yang Yang balbuceó, haciéndole gracia. Subió su mano para rascar su nuca e hizo una mueca.ㅡTenía algo de hambre...

ㅡ¿Y qué háces aquí?ㅡ sonrió de costado. ㅡVe.

Yang Yang asintió pero pareció dudar.
Hendery, quien estaba por quitarse su abrigo detuvo sus movimientos y puso su atención en el alemán.