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ㅡ¿Sáben que hay un nuevo profesór de ciencias políticas?

ㅡ¡Si, yo lo vi y es realmente guapo!

ㅡ¿Enserio? Pues creo que tomaré su clase...

ㅡOh por diós, éres una descarada... pero, ¿sábes qué?... yo también lo haré.

Y Hendery casi queda sordo debido a las risas agudas y fuertes que aquel grupo de chicas soltaron.

Chasqueó la lengua, llevándose un pedazo de chocolate a la boca, a la par que reescribía una receta de galletas de naranja que la mayor de sus hermanas solía hacer para él cuando era pequeño.

Ya hacía varios minutos que estaba sentado en una mesa algo alejada de las demás en la cafetería, mientras exprimía su cerebro, tratando de recordar todos los ingredientes que aquella receta requería.

Sin mucho éxito porque estaba seguro de que algo faltaba.

Suspiró empujando el cuadernillo y soltando el bolígrafo, deslizandose en la silla hasta que su cabeza quedó sobre el respaldo y su trasero casi cayéndose de esta.

ㅡ¿Porqué esa carita?
Hendery levantó la vista, encontrándose con Yuqi, hizo una mueca y volvió a mirar el suelo.

La chica sonrio con ternura, mientras jalaba un silla para sentarse frente al menor.

ㅡNo recuerdo algo...

ㅡ¿Puedo ver?
Yuqi señaló la libreta y Hendery asintió.

Tomó aquella libreta y leyó lo que el pelinegro había escrito, para luego volver a dejarlo frente a el menor, chasqueando la lengua.

ㅡBueno, lo siento pero no soy muy buena con la pastelería, Hennie.

Rió la chica y Wong solo mantuvo su expresión ligéramente triste y cansada.

Yuqi hizo una mueca y frunció el ceño.

ㅡKunnie, tú no estás bien, ¿qué te pása?

Mierda, siempre se da cuenta de todo...

Pensó Hendery cabizbajo.

Y la pelinegra al no obtener una respuesta, se levantó de su asiento y se sentó junto a Kunhang, tomando una de sus manos.

ㅡKunnie, ¿alguien... alguien te dijo algo?

Preguntó con una voz tranquila, tratando de no sonar demasiado entrometida o agresiva. Hendery negó lentamente.

ㅡ¿Viste algo que te hizo sentír mal?
Negó nuevamente.

ㅡ¿Entonces por qué te ves tan triste, eh?ㅡ llevó su mano libre al mentón de Wong y levantó su rostro, aunque no lo miró a los ojos.

Sabía que a Hendery le podían llegar a dar ataques de pánico si lo hacía.

ㅡNo dormí bien, eso es todo...

Susurró, y la mayor mordió su labio inferior, obviamente no convencida por su respuesta.

Lo conocía desde hacía años y sabía identificar perfectamente todas y cada unas de sus mentiras.

Pero no insistió y simplemente jaló al pelinegro en un abrazo.

Kunhang dudó por un instante que hacer, pero lentamente envolvió el delgado y pequeño cuerpo de Yuqi, acercándola a él.

Solo entre sus brazos se sentía seguro, era casi como cuando su madre lo abrazaba de niño.

ㅡSi sábes que puedes contarme lo que sea, ¿verdad?ㅡ susurró ella, acariciando su largo cabello.

❝ odd ᥱყᥱ ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora