El comienzo de todo

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Lo único que oía, era mi alarma, que llevaba sonando al menos unos 10 minutos.
En cualquier momento, mamá vendrá  a golpear mi puerta, tal y como lo hace cuando no me muevo de la cama.
Tiré a un lado las mantas, para incorporarme en la cama. Tenía sueño como siempre, ¿Por qué?, por quedarme leyendo hasta la madrugada. Yo sola me lo buscaba.

Me levanté y busqué un conjunto de ropa en mi closet rápidamente, en 40 minutos debo estar en casa de Noah, mi mejor amigo desde... siempre. Su casa está mas cerca de la preparatoria, así que su casa es nuestro punto de encuentro diariamente.

Tomé una ducha, me vestí y corrí escaleras abajo.

—Buenos días—dejé mi mochila en uno de los bancos de la cocina.

—Buenos días Elena— escucho una dulce voz femenina desde la cocina—tu desayuno.

Un plato de wafles estaba en la mesa, con arándanos encima. Sonreí inevitablemente.

—Hola chicas— saluda papá entrando, arreglando su corbata, acercándose a besar en la frente a mamá, quien le dio su café mañanero.

—Hola papá— el tomó asiento en una de las bancas.

—¿Qué tienes programado hoy, hija?— pregunta mamá, tomando asiento frente a mi.

—En 5 minutos debo estar en casa de Noah, y luego solo clases y clases— corté un pedazo de mi desayuno, y lo dirigí a mi boca.

—¿Enviaste tu solicitud a la universidad? —preguntó papá, tomando de su café. Sin siquiera prestarme atención. Como siempre.

Otra vez.

—No— musité tomando mi té.

—Recuerda que la carrera de derecho es tu primera opción, Elena. Todos los Smith...

—...Estudiaron derecho en Harvard, ya lo sé papá.

De verdad, esta conversación me tiene cansada— debo irme, los veo en la tarde—me levanté, me despedí y me fui.

Al cerrar la puerta escucho a mamá decir, "no la presiones Rob".

Todos en la familia han sido abogados, es tradición por así decirlo. Todos los hermanos de mi padre son los mejores en sus condados, lo malo, es que nunca los vemos, igual que mis padres. Ha sido un milagro verlos hoy, pero lo único de lo que hablamos, es mi futuro siendo abogada. Algo que no quiero.

Ya tengo 17 años, los cumplí la semana pasada, haciendo que toda la presión cayera en mí. Soy la única Smith mas cercana a entrar a la universidad, lo cual me asusta. Papá insiste en que estudie en Harvard, todos lo hicieron allí, haciendo que los Smith tengan fama.

Sacudo mi cabeza, intentando sacar esos pensamientos que me carcomen cada segundo de mi vida.

Ya estaba fuera de la enorme casa de Noah, caminé a la puerta y cuando iba a tocar el timbre, la puerta se abre rápidamente, dejando ver, al azabache.

—Pero... —¿Me puso un GPS o qué?

Todo es posible con Noah, lo sabes.

—Sentí tu hermosa presencia hace unos metros—me dedicó una sonrisa, dejando ver sus hoyuelos —Vamos— paso por mi lado y comenzó a caminar.

—Y, ¿Cómo estás? —pregunta significativamente, sabia a que se refería.

Suspiré—esquivándolo—respondí—se supone que durante este fin de semana debo enviar si o si mi solicitud. Claro, no habrá problema según papá, ya que él y el abuelo se graduaron con honores de Harvard, dándole buena fama a los Smith—solté haciendo una mueca.

Un viaje a mi nuevo yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora