El experimento

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—Tranquilo, yo iba distraída—mencioné dándole sus cosas—soy Elena por cierto—le ofrecí mi mano.

—Un gusto Elena, soy Louis—me sonrió.

—No te había visto antes por aquí—dije recogiendo mis cosas y levantándome.

—Soy nuevo, acabo de llegar de Reino unido—dice haciendo notar su acento británico.

—Guao, genial. ¿Y que tal tu primer día? —pregunté.

—Pues, al parecer a los norteamericanos no les agradan los británicos— dijo rascando su nuca.

—Ash, créeme, ni siquiera se soportan a ellos mismos, no te preocupes, si algún día te sientes solo—hice una pausa y me señale—aquí estaré.

—Gracias. Tú y otro chico tienen la misma energía—dijo riendo—en clase de Ciencias conocí un chico que le suplicaba al profesor por hacer una presentación de teletransportación, pero me agrado, el me ayudo con la materia.

Ay, ese Noah.

—Hablas de Noah—dije riendo—es mi mejor amigo, tiene una impresionante habilidad de resaltar al lugar que v...—no alcanzo a responder, ya que recibo una llamada, miro la pantalla de mi celular, donde dice "El mejor amigo que alguna vez pudiste tener".

La última vez que me pidió mi celular, no supe porqué lo quería, pero el resultado fue, que cambiará el nombre de cómo lo tenía agregado.

—Ohh, debo irme, Noah está esperándome—me despido de él—fue un gusto conocerte Louis—digo sonriente.

—Está bien—dice sacando algo de sus cosas, un pequeño papel, donde escribe una serie de números—ten, fue un gusto chocar contigo hoy.

—Igualmente—carcajeé y tome el papel, para comenzar a caminar lo más rápido que puedo.

Y llegué a la salida—No digas nada, déjame adivinar—dijo Noah al ver que quería hablar.

Comencé a caminar, suspirando, a lo que él me siguió, aun pensando.

me observó y dijo riendo—le hacías honor a la reina de las caídas.

Si—dije—choqué con un chico nuevo, Louis—dije mirándolo—es agradable.

—Realmente agradable—dijo mirando mis manos, donde se encontraba el papel que me dio anteriormente, con una sonrisa ladeada.

Yo lo miré confundida, y negué rápidamente.

—Elena, ¿eres consciente de que tú nunca recibes números de personas que no conoces? — exclamó— ¡y hoy lo acabas de hacer con el británico nuevo ese! —dramatizó.

—Él es diferente—respondí—el único que le había hablado antes que yo, eras tú—agregué—nadie quería acercarse a él, por ser británico.

—Cierto—dijo el pateando una roca que se encontraba en el camino.

—¿Y que ideas tienes para la presentación? —pregunté cambiando el tema.

—Buscar sobre el tema, que es lo que en Internet dice—dijo acomodando su cabello.

—Esta bien—respondí—esto será fantástico—dije frotando mis manos.

(.....)

Y llegamos a la gran casa de Noah, en el jardín, estaba Mary, la chica que trabaja para los padres de Noah. La conozco hace años.

—Hola chicos—saludó sonriente—¿Cómo estas Elena? —preguntó sacándose los guantes de jardín.

—Muy bien, gracias.

Un viaje a mi nuevo yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora