AISANATUE

XX

Se hace un silencio.

Ella lo sabía. Ella sabía que él iba a decir eso.

«Mi lassie, siempre tan predecible» Piensa con ternura y sonríe.

"Sabes que eso no cambiará nada, ¿verdad?" Dice y suelta un suspiro.

Las mínimas esperanzas de Lazz se desvanecen.
Era un hecho el que quisiera estar unido a Kay de todas las formas posibles, pero a decir verdad, él esperaba que con sólo su propuesta todo cambiara.
Sonaba descabellado, pero el muchacho deseaba con todas sus fuerzas que todo lo que estaba sucediendo fuera parte de una película.
O una cámara oculta... Sí, eso hubiera estado bien.

Lazz permanece pensativo por algunos minutos. Se acomoda en la cama, dándole la espalda a Kay.

"¿Por qué?" Murmura cabizbajo.

"¿Me quieres?" Pregunta ella luego de un corto silencio.
"Más que eso... y lo sabes" Responde él con un tono un poco enojado.
"Entonces no quieres verme sufrir... y yo tampoco. A nadie..." Suspira.

***

Kay aguantó. Ella lo hizo. Por Lazz y por toda su familia.
Pero sabía que estaba haciendo lo correcto.

Cuando fue el momento, sólo llamó a su doctor y él se encargó del resto.
Eso fue todo, una llamada y todo estaría a su disposición.

Unos días antes, llevo a cabo su último plan sin que casi nadie se diera cuenta.
Plan que dejaría un dolor de trasero para algunos luego de su partida.

***

Las dos noches anteriores al gran horrible día, Lazz fue una garrapata. No dejo ni siquiera ir al baño sola a Kay.
Sí, garrapata nivel extremo.

Percy decidió reprimir su lado guardabosques frente a la presencia de Lazz y acompañó a su hermana el tiempo que consideró correcto.
De alguna forma entendió los dichos de su hermana cuando defendía a la garrapata y su insistencia por no separarse de ella. Y en el fondo sentía lástima por Lazz.
A menos que fuera un gran actor, el muchacho de verdad sentía algo fuerte por Kay.
Percy de verdad lo entendió cuando descubrió que algunas noches Lazz dejaba la cama su hermana para sollozar en la cocina un buen rato y luego volver calmado.

«Pobre diablo» Pensó Percy la primera vez que lo descubrió, y luego se sintió fatal.

En cuanto a los padres de Kay, su enojo por la estancia de Lazz en la casa y el modo en que su hija parecía preferirlo a él anteS que a su familia, los cegó un poco.
Se arrepentirían luego, pero no se puede hacer nada con esos orgullos, ¿no?

***

El día llego, un día horrible.
Las nubes cubrían el cielo, que ahora era más gris pálido que celeste. El Sol estaba escondido y el viento soplaba rítmicamente.

Lejos de la ciudad, después de pasar un par de arboledas... estaba la casa donde ocurriría.
Kay lo quiso así.
Un lugar rodeado de paz y naturaleza, aunque esta última no se veía muy resaltada con el ambiente.

Cuando la castaña entró a la casa en la que el interior era casi completamente blanco, imaginó un lienzo.
En un suspiro que duro nada imaginó un todo.

Pudo verse a ella misma en la cocina, terminando de preparar la cena, un par de niños coloreando en la alfombra del living y puedo sentir su sonrisa mientras observaba a un hombre atravesando la puerta luego de un largo día de trabajo, su Lazz.