Kay había salido despavorida de aquel lugar para tomarse el primer taxi que le parara.
Una vez pagado el viaje, y dentro de su precario departamento, la chica se quita su campera y se tira de espaldas sobre el colchón de su cama.
Una especie de adrenalina todavía la recorre. Tal vez adrenalina no es la palabra correcta, pero algo parecido sentía ella.
Luego de casi un mes de echarse atrás a último momento, lo había hecho.
Había enfrentado un extraño y le había hecho la propuesta por la que había venido.Kay se descomponía de la risa sobre su cama, revolviendo sus sábanas y agarrándose el estómago por las contracciones debido al ataque de risa.
Luego de un rato, se calma, y se dispone a dormir con una sonrisa en el rostro.
Sólo quedaba esperar a que Lazz respondiera a su propuesta.
Kay rogaba porque su respuesta fuera un sí, pero siempre había dudas.
Aunque, después de todo, si el cabellos rebeldes se negaba, nada le impedía hacer el teatrito nuevamente.Después de todo, ya lo había hecho una vez. Nada la detendría de una segunda si Lazz no aceptaba.
•••
Kay espero todo el sábado, casi vigilando cual soldado su teléfono, pero nada sucedió.
Ningún mensaje.
El domingo intento despegar su mirada del aparato, pero falló... sin respuesta.
Kay prometió que si el lunes a primera hora no recibía señales de vida del asqueroso vagabundo -así es cómo lo llamaba a Lazz ahora-, pasaría de él y saldría de caza nuevamente.
¿Qué era Lazz para ella? Nada por supuesto.
Alguien con quién tuvo el coraje de hablar... sólo eso, ¿no?.•••
"¡Maldito!¡Asqueroso!¡Mugroso!¡Perro!" Gritaba Kay dando la almohada contra el colchón mientras sacudía sus sábanas y proseguía a tender su cama.
Lazz la había tocado a Kay... de alguna manera. No fisicamente, sino de distinta forma.
Kay se rehusaba a hacerse un cuento de hadas, negando su naturaleza, pero en el fondo, lo había hecho- aunque no recordara muy bien el aspecto de aquel chico-.
Había creado su historia de amor con el greñudo sin querer, y el hecho de no recibir respuesta, la había hecho caer un poco de su cima.
•••
El jueves en la mañana, Kay ya estaba eligiendo su atuendo para encontrar otro bar de cuarta para hacer su próxima caza.
Lazz estaba olvidado.
«¿Quién Lazz?¿Acaso no es nombre de perro?¿Lazz Lassie? Ese perro tenía una serie, ¿no?» Divagaba Kay mientras repasaba su guardarropas.
Y cuando estaba a punto de soltar otro insulto-broma en su mente, su teléfono suena.
Una.
Dos.
¡Tres veces!Kay cae al suelo en su torpeza por acelerar su paso y tomar su teléfono.
Y entonces lee.Tres mensajes de un número desconocido.
SO
SI*
Soy Lazz.La cara de Kay se ilumina en ese instante, y también se da un golpe en la cabeza en cuanto su mente comienza a crear aquella historia fantasiosa.
Sólo se permite reír ante la torpeza del greñudo detrás de la pantalla.
Piensa varias respuestas.
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AISANATUE
RomanceLazz quería dinero, y Kay... Ella sólo estaba cansada. ••• "¿Qué estarías dispuesto a hacer por dinero?"