VII

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Las películas de terror no son las favoritas de Kay. No porque puedan asustarla, sino que la mayoría se basa en charcos de sangre y cabezas cortadas, y eso no es algo a lo que le tema la chica. Pero a decir verdad... Ella no tiene un genero favorito. Simplemente disfruta de un buen film o una buena siesta en caso de que este sea demasiado aburrido.

Cuando Lazz le ordena a la chica que se prepare, ella lo hace sin cuestiones.
Una vez lista, sale de la habitación, y encuentra a su invitado en el sillón mordiendo sus uñas de la impaciencia.

Él en verdad está ansioso por subir al vehículo que vio esta mañana en la cochera del edificio.

A Kay se le hace muy graciosa su actitud. Lazz parece un niño, sólo falta que empiece a dar saltitos tironeando del brazo de la chica.

Los azules ojos del muchacho brillan una vez que ingresa al Ferrari y se acomoda en el asiento del conductor.

Acaricia las superficies que tiene a su alrededor y hasta huele el aroma del vehículo, que desprende un olor a nuevo ya que Kay a penas le ha dado uso.
Decir que lo sacó de paseo unas cinco veces es una exageración.

Kay se ofrece a instruir al chico, pero este se rehusa diciendo que no está apurado, y quiere que las cosas fluyan con naturalidad.
Esas palabras, con un particular tono que hace reír por lo bajo a su copiloto.

Cuando la muchacha pregunta el lugar al que se dirigen, Lazz se limita a murmurar un "sorpresa" con una sonrisa en el rostro.

En el camino, Kay le comenta que esta mañana recibió un mensaje de su abogada, la cuál le pidió los datos del chico para finalizar los papeles del rodado, y que este sea oficialmente suyo.

Lazz asiente y responde que esta noche, luego de la salida, pasarán por su departamento y le dará todos los datos que necesita. Así, sin más cuestiones.

Aunque por dentro... Bueno, él todavía piensa que todo esto es un juego.
Es lo que pensó desde un principio.
Pero ahora... conduciendo su Ferrari...

Todo es demasiado surrealista.

«¿Dónde está la trampa?» Pregunta dentro suyo.

***

"Pensé que no querrías volver a este lugar luego de la última vez." Comenta Kay cuando Lazz conduce hacia el garage del centro comercial que visitaron la última vez.

"Nos faltó mirar una película." Dice él, encogiéndose de hombros.

Una vez estacionado el auto, ambos bajan del vehículo y se encaminan hacia la parte de la boletería. En su trayecto, discuten las opciones de su posible película a elegir.

"¿La teoría del todo?" Pregunta Kay.

"No me gustan los documentales." Frunce el ceño Lazz.

Kay ríe por su desconocimiento acerca del film.

"No es un documental." Aclara la chica. "Pero no importa. ¿Qué quieres ver? Estaré bien con tu elección."

"Mmm... No sé." Murmura.

"Lazz, ya estamos en la fila." Le advierte ella.

"Estoy pensando. Estoy pensando." Dice mientras mira la cartelera.

Las personas avanzan, y Kay vuelve a insistir cuando ya son los siguientes.

Su turno llega y Lazz, sin contestarle a Kay, camina hacia la chica que será la que les de sus entradas.

AISANATUEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora