Sentir el calor del cuerpo de Raquel cerca lo hizo sonreír al despertar, beso su hombro y ella suspiro.
-Buenos días mi amor- Dijo acariciando su hombre, ella sonrió aún entre dormida y despierta.
-Buen día cielo- Sergio la pego a su cuerpo y planto un beso en su mejilla.
-Que rico es despertar a tú lado- Ella lo miró, le sonrió y luego devolvió su mirada hacia la nada.
Se quedaron quién sabe cuánto tiempo así, acurrucados, sintiendo como se llenaban de vida.
-¿Ya te sientes mejor?- Pregunto Raquel rompiendo el silencio.
-Estando a tú lado, siempre estoy mejor-
-Eso es bueno- Fingió una sonrisa, ella no se sentía bien, para nada... Incluso al acostarse estuvo un buen rato dando vueltas en la cama hasta que por fin, el sueño se apodero de ella.
Ya no eran solamente Raquel y Sergio, iban a tener otra responsabilidad y bastante grande para ser verdad aunque por unos minutos pensó que ella estaba alucinando y solo era un malestar sin importancia. Debía comprobar si estaba o no embarazada, la única persona a la cual podía recurrir era Isabella.
-Veo que tú no te sientes bien ¿o me equivoco?- Sergio la saco de sus pensamientos.
-Nada de qué preocuparse cielo, solo estoy cansada- Se encogió de hombros para luego levantarse de la cama y dirigirse al baño.
Ya en la ducha, los pensamientos se agolpaban en su mente ¿y si ella solo estaba armando una tormenta en un vaso de agua? Tal vez Sergio reaccionaria como una persona normal lo haría, estaría feliz de la noticia y todo iba a estar bien pero ¿y si no era así? Dejo que el agua cayera sobre ella y llevo sus manos al vientre, cerró los ojos e imagino que todo esto era una mentira, una cruel mentira pero las náuseas que sintió haciéndola salir de la regadera la hizo entender que estaba en la realidad.
Sergio aún en la cama, escuchó un extraño sonido proveniente del baño, se levanto rápidamente...
-¿Todo bien Raquel?- Preguntó levantando la cortina del baño, Raquel estaba de espaldas hacía él, con una mano apoyada en la pared intentando buscar fuerzas.
-Sí...- Jadeo un poco. –Sólo que algo me cayó mal y... Ya, eso es todo– Sabía cuan pálida estaba, se sentía débil y muy fatigada y si miraba a Sergio iba a delatarse aún más.
-¿Segura? ¿No quieres que vayamos a un doctor?- Doctor. Aquella palabra hizo que le palpitara la sien derecha.
-No Sergio, ya se me pasara- Sergio se encogió de hombros y salió del baño.
¿Y por qué le daba miedo ir a un doctor? ¿Y por qué se cuestionaba tanto? Tenía que salir de dudas ya mismo.
Salió del baño y se arreglo, iba a ver a Isabella... De seguro ella tenía una solución, como siempre.
-¿Y a dónde vas?-
-Voy a ver a Isa y a la nena, no me tardo ¿sí?- Beso la comisura de sus labios y cuando se iba a alejar, él la halo del brazo.
-¿En serio te sientes bien?- Pregunto de nuevo, ella trago en seco.
-Si mi vida- Mintió.
-Estás algo pálida, ¿ya comiste algo?-
-No y quizás por eso estoy tan pálida- Hizo énfasis en esa palabra. –En el camino como algo pero debo irme-
-Si claro, nos vemos- Le guiño el ojo.
Eso estuvo cerca, muy cerca. No quería mentirle a Sergio, no quería lastimarlo, no quería estropear las cosas pero tal vez solo era una suposición suya. Decidió tomar un taxi, no quería arriesgarse a sentir otro mareo y sufrir las consecuencias de este.
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Amor asesino.
Romance"Un amor que no acabará, pero que ya acabó conmigo" 🔸️Historia inspirada🔸️