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-Disculpa Sergio- Atendió el teléfono. –Dime Isa-

-Raquel, debes venir rápido a mi apartamento-

-¿Pasa algo?-

-Sí, pasa de to...- Aquella palabra fue interrumpida por un fuerte grito.

-¿Isa? ¿Qué ocurre?-

-Solo ven por favor- Y colgó. La alteración de Isabella la preocupo tanto que Sergio pudo notarlo.

-¿Todo bien?-

-No lo sé, Isa me pidió que fuera a su casa rápido, su tono de voz me preocupo. Fue un gusto verte de nuevo- Se levanto y comenzó a buscar en su cartera su monedero.

-Yo pago, no te preocupes... Es más, si quieres te llevo al apartamento de Isabella-

-No quiero abusar-

-Para nada pero vamos, antes de que se haga más tarde- Dejo el dinero sobre la mesa y siguió a Raquel.

La preocupación por Isabella hizo que Raquel se alterara ¿qué estaba pasando? Intento calmarse y no mostrar tanta preocupación ante Sergio pero él ya lo había notado.

-No te preocupes Raquel, ya vamos a llegar- Sonrió mirándola, esos ojos marrones que mostraban tanta preocupación pero sin embargo mostraban mucha luz.

Apenas Sergio estaciono, Raquel bajo rápido del auto y comenzó a subir las escaleras hasta el cuarto piso, no podía tardarse ni un minuto más, él solo la siguió. Al llegar, Raquel busco entre su cartera las llaves del apartamento, entre tanta desesperación no podía abrir la puerta.

-Ven y te ayudo- Sergio le quito las llaves a Raquel y lograron entrar, Isabella estaba sentada en el mueble sudada y llorando.

-Isa- Raquel corrió hacia ella.

-El bebe ya viene, ya viene- Advirtió.

-Sergio ayúdame, tenemos que llevarla a un hospital-

Sergio tomo a Isabella y se apresuró a bajar lentamente las escaleras, para llegar al estacionamiento y apresurar el paso.

-Yo manejo- Dijo Raquel abriendo la puerta del pasajero a Sergio para que dejara a Isabella, él fue hasta el copiloto y emprendieron rumbo al hospital.

-Raquel... Apuren... se por favor- Pidió Isabella.

-Isa, voy lo más rápido que puedo-

-Vamos Isa, inhala, exhala- Ayudo Sergio. –Piensa en cosas lindas, no sé, el cielo, el Sol, Alicia, el llanto de tú bebe al nacer, la felicidad-

-Eso intento, no es fá... cil- Su respiración era agitada y apenas eran entendibles sus palabras.

-Sigue intentando, ya casi llegamos- Raquel dio la vuelta para estacionarse. –Ayuda, por favor, ayuda-

Los paramédicos se hicieron presentes llevándose a Isabella a la sala de urgencias.

***

-Deberíamos llamar a Anibal- Sugirió Sergio.

-Mi celular... Lo deje en tú auto-

-Deja y lo llamo- Busco su celular y marco rápidamente el número de Anibal.

-¿Para qué soy bueno bro?- Contesto Anibal al instante.

-Vas a hacer papá y espero que para eso seas bueno-

-¿En serio? ¿Dónde están?-

-Hospital Santo Domingo, apurate-

Raquel alzó fugazmente su rostro al escuchar aquello, la desesperación no la había hecho reaccionar hasta hace un momento... Aquel hospital no le traía buenos recuerdos.

Amor asesino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora