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Ambos se perdieron en ese instante en cual sus labios se unieron, abriendo el paso a nuevas emociones, emociones que hace mucho no eran parte de Raquel.

Reaccionó, abrió rápidamente los ojos viendo como Sergio la besaba apasionadamente, frunció el entre cejo y se alejó de él. El estruendo resonó por todo el lugar haciendo eco en las paredes; la mano de Raquel chocó contra la mejilla de Sergio mientras la furia se apoderaba de ella.

-No creas que puedes venir a mí muy campante luego de todo lo ocurrido- Gritó llamando la atención de todos en el lugar.

-Raquel por fav...-

-Por favor nada- Lo interrumpió Raquel quién enarcó una ceja para darse media vuelta e irse del lugar dejando a Sergio totalmente fuera de su órbita pero ¿importaba?

Siguió a Raquel puesto que ella ignoraba sus palabras.

-Raquel escúchame ¿sí?-

-¿Qué demonios quieres Sergio?-

-Que te detengas- Cuando estuvo a punto de entrar a su auto, Raquel se detuvo, respiro profundo e intento llenarse de paciencia.

-Ya lo hice ¿feliz?- Se volvió hacía él y se encogió de hombros.

-Sí, muy feliz- Sonrió y se acercó a ella. -Raquel te necesito cerca de mí, es todo lo que quiero-

-Por ahí dicen que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, no sé, eso dicen- Mojo sus labios con su lengua.

-¿Y quién dijo que te he perdido?- La pegó a su cuerpo.

-Lo digo yo y con eso, basta y sobra- Intentó zafarse de él pero todo fue en vano.

-Yo no lo diría de ese modo- Beso su cuello, Raquel gimió. -¿Ves? Dudo que te haya- Beso el lóbulo de oreja. -... Perdido, no en este momento- Beso la comisura de sus labios y finalmente sus labios, Raquel comenzaba a estremecerse pero mantuvo la cordura.

-¿Y por qué me beses crees que ya no estoy en tú juego?- Rio irónicamente mirándolo, los ojos de Sergio reflejaban deseo. -Te hace falta mucha práctica Marquina- Logró salir de sus brazos.

-Yo sé que me amas y con eso es suficiente- Le guiño el ojo, aquel gesto le recordó al Sergio Marquina de antes, ese del que se enamoró profundamente pero ¿A dónde se había ido ese hombre?

-Tontico- Dijo en un tono de voz fuerte y autoritaria, se acercó a sus labios y lo beso apasionadamente logrando así, lo que ella tenía planeado. Rio y se alejó de él.

-¿Qué? ¿Tengo cara de payaso?- Se encogió de hombros.

-Un poco, un payaso que cree estar ganando pero la verdad es que no sabe jugar- Mordió su labio inferior. Sergio aspiro el aire frío de la noche.

-¿Sabes? Tal vez aún no se la instrucciones de tu juego pero... Ya las aprenderé- Le guiño el ojo nuevamente.

-Suerte con eso, chiquito- Beso su mejilla y cuando por fin estaba decidida a irse, toda la fuerza que tenía en su poder desapareció. -Sergio ¿en serio me amabas?-

-Te amo- Dijo él.

-¿Y si me amabas por qué carajos te fuiste de mí?- Golpeó el capó de su auto con tanta fuerza que sintió instantáneamente el dolor en sus manos.

-Sabes la razón-

-No, a estas alturas de la vida no sé la razón por la cual huiste como un cobarde- Se cruzó de brazos.

-Tú más que nadie sabe cuánto me dolió la pérdida de Ana y enterarme que tú, habías sido la culpable de su accidente me dolió aún más- El silencio de la noche los hizo callar por un momento.

Amor asesino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora