Me despierto más cansada que la noche anterior. Ese día también decido dejar la camisa del Amo, estoy tan adormilada que no hago un recuento de los riesgos por dejarla en la cama. Levantarme es un completo desafío y llego a la cocina arrastrando los pies, pero no soy la única, el resto de las cocineras tienen el mismo semblante que yo, incluso Aliba se esfuerza por lucir más despierta que nosotras, pero bosteza con tanta frecuencia que nos termina contagiando a todas.
El clima frío sigue tomando fuerza y eso nos adormilaba más de ser posible. Me obligo a salir y lavarme el rostro con agua helada, me tallo con fuerza y eso es lo que termina por despertarme.
Para nuestra suerte el Amo y su mujer no se levantan para el desayuno, deben estar cansados de la fiesta y decidieron no bajar. Es un verdadero alivio para todas que sólo nos quedamos en silencio y en un estado aletargado que termina hasta que la cocina se calienta con el fogón, hasta que el frío termina de salir y comenzamos a entrar en calor.
Aliba está preparando la comida para nosotros cuando me ordena que traiga agua del pozo. Salgo y cumplo con su encargo, mientras estoy afuera logro ver a los lejos a Thomas que me saluda desde la distancia, le devuelvo el saludo y entonces recordo algo que me dijo la difunta Debra:
Cuando algo realmente te importe, Charlotte, escóndelo de todos. Eres joven, y estoy segura de que algún día aparecerá un hombre que te impresionará, quizá no lo creas posible ahora. Pero sucederá y no tiene nada de malo, el amor es la cosa más normal del mundo, aunque parezca que estamos rodeados de puro odio e indiferencia, el amor está en todos nosotros y eso te deja una huella que no se borra. Así que escúchame bien, cuando llegue ese hombre a tu vida, mantenlo bien oculto en tu corazón, debe ser un secreto sólo entre dos personas, será el secreto más grande que debe guardar una esclava, porque sólo hay uno en la vida, Charlotte.
Me pregunté si ese hombre sería Thomas, ¿podría ser él mi mayor secreto?, ¿estaba lista para reconocerlo? No era una buena señal si lo estaba pensando tanto.
Entro de nuevo a la cocina. Para mi sorpresa el Amo está ahí.
-El Amo te llevará el pueblo, muchacha- me dice Aliba en tono de completa sumisión.
Dejo el cubo de agua fresca y me aliso la falda y la blusa. El Amo sale por la puerta de atrás y yo lo sigo.
No me dice nada en todo el trayecto hasta la carreta, camina con brusquedad, como siempre, su atuendo ya no es el del día anterior, elegante, claro que sigue vistiendo ropas finas, sigue siendo un señor. Intento averiguar cuál es su estado de ánimo, pero su total silencio me previene para su humor. No parece ser un buen día y ni siquiera me atrevo a preguntarle qué tengo qué hacer yo en el pueblo.
Lo sigo hasta una carreta que ya parece estar preparada y que Fermonn custodiaba mientras mima al par de caballos que la jalan. Verlo tan despreocupado me tranquiliza, él no podría estar tan sereno si supiera que algo me sucedería. Incluso era posible que viniera con nosotros. No pasa mucho hasta que nos ve acercarnos. Es evidente que esperaba al Amo, pero no a mí, y su mueca de sorpresa no me pasa desapercibida.
-¿Aliba no viene, Amo?- pregunta aún cuando nos separan unos metros.
-No, esta vez no- por si esa noticia no fuera suficiente da una más inesperada -Te quedarás, Fermonn, seré yo quien vaya al pueblo- la expresión del hombre es suficiente para preocuparme. No creo que fuera muy común, primero, que Aliba no fuera la que va al pueblo, segundo, que Fermonn deba quedarse por alaguna razón que el Amo no explica, y tercero, que fuera el Amo mismo quien decidiera ir al pueblo y llevándome a mí.
-Como usted mande- Fermonn no dice nada más, no pregunta nada y sólo se hace a un lado para dejarlo pasar. Su expresión lo delata.
Me ayuda a sentarme en la parte de atrás de la carreta y antes de alejarse me susurra bien bajito:
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AL NORTE DE TUS OJOS
Roman pour AdolescentsCharlotte es una esclava en las plantaciones sureñas de América. Trabaja desde los diez años en la Hacienda de un joven amo que intenta controlar las plantaciones a pesar de su edad. Lo que vive en esa hacienda es un secreto que se encierra entre la...