Calor, lujuria, y el ardiente aroma a sexo inundaba aquella lujosa sala de reuniones, los jadeos y contantes gemidos le añadían cierto toque de erotismo a aquel encuentro digno de una película pornográfica, cuyos actores no dejaban nada a la imaginación de lo que estaba ocurriendo en ese momento.
Pequeñas gotas de sudor mescladas con saliva salpicaban formando diminutos charcos en aquellas hojas que se supone son importantes para la empresa, aquellos contratos banales que no hacían más que perturbar la paz y quietud de aquel magnate y poseedor total de esa industria posicionada como una de las mejores cadenas de tecnología en el mundo, palabra tras palabra impresa en aquellos papeles lograba sacar de él un sentimiento de repulsión tan amargo que siquiera las ganas de vomitar sería una cura absoluta al revuelto estomacal que conllevaba leer aquellas palabras.
Los gemidos incesantes resonaban formando un delicioso eco en toda la oficina, eran tan agudos y excitantes que no se extrañaría encontrar a un hombre o mujer masturbarse al revés de la puerta, disfrutando del dulce sonido que emanaba de aquellos dulces y delicados labios, pertenecientes al dueño y señor del corazón del magnate, un detalle irónico si vemos el historial de amoroso del castaño.
- Mmmm, al, Alpha Tony cree usted correcto que debamos hacer esto en este lugar, digo este es su lugar de trabajo, n, n, n, no, no, no, sería malo que nos descubrieran
- Tal vez, pero, no crees que así sería mejor, todos en este establecimiento creen que tienen derecho a mirarte de más solo por el hecho de no llevar mi marca, debemos mostrarles que están completamente equivocados, además, estos inútiles contratos lograron amargar mi perfecta mañana, necesitaba des estresarme con algo, y bueno no podría soportar llevar hasta el pent-house, por eso, solo tranqué con llave la puerta de la sala y encendí mi imaginación, a final de cuentas esta es mi empresa y puedo hacer lo que me da la gana en donde me da la gana, y si alguien quisiera refutar lo contrario, tendría que robarme mi puesto
Recostado sobre el pecho descubierto de su Alpha, el pequeño rubio se retorcía restregando du desnudo trasero sobre la aún cubierta erección del castaño, de su zona anal chorreaba a cántaros el dilatador fluido espeso cuyo aroma embriagaba a ese narcisista empresario que tenía por pareja, no recodaba como fue que llegaron a ese momento, pero sinceramente quien tenía tiempo para pensar en esos míseros detalles, siendo consciente de que en esos momento se encontraba siendo brutalmente violado por las manos de aquel que jurón no robarle la virginidad hasta que estuviera completamente preparado para esa ocasión, sin embargo la situación en la que estaban no los alejaba demasiado de esa realidad, sus testículos eran masajeados por la firme mano del castaño al tiempo que sus pezones eran estimulado de igual forma al ritmo de sus jadeos, sus brazos se sujetaban detrás del cuello de castaño mientras su piernas se mantenían apoyadas sobre el borde de la mesa, así facilitaba el movimiento contante de caderas para generar la tan anhelada fricción que mantenía junto a su amada obsesión llamada Anthony Stark.
- Oye cachorro, aún crees que deberíamos parar, porque si ese es tu deseo, yo no tengo ningún problema
- Yo, Mmmm, yo solo, ah, Alpha T, Tony, es, eso se, s, se siente muy bieeeen
- No me has contestado pequeño
- Mmmm, Mmmm, c, ccr, Mmmm haj alp, tt, tttttt, por favot, nnnon, pare Mmmm
Dejando los testículos del rubio de lado, optó por brindarle atención al erecto pene del menor que cual se encontraba brillante y resbaladizo a causa de las incesantes gotas de semen que se deslizaban desde la punta hasta la base del mismo, la cálida sensación de su propia esencia siendo restregada una y otra vez por las callosas manos de su Alpha no tenía nombre, la textura de su mano le daba un toque de compatibilidad único a la para el placer propio

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Sumiso
FanfictionCreía que su mundo solo era servir, postrarse frete a los más fuertes para brindarles respeto, ser un esclavo sexual al que solo necesitarían como compañía o incubadora para cachorros, pero él le enseñó que podía ser libre, que no debía menospreciar...