Capítulo 16.

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Era un viernes muy tranquilo en la ciudad de Inazuma, el sol brillaba más que otros días, niños jugando en los parques, adolescentes paseando en las plazas, y por supuesto no podían faltar estos dos amigos que estaban enfrente de la panadería decidiendo qué pastelillo se comerían ahora.

-JP, ¿Qué te parece el de chocolate? –Arion no despegaba la mirada de aquel postre- ¿O el de mermelada?

-No lo sé Arion, me siento mal por romper la dieta que nos dio el entrenador Sharp.

No mal interpreten, claro que pueden comer pan y azucares, solo que, de manera moderada y esto es lo que pasaba con los amigos, ya que ellos ya se habían comido una buena cantidad de pastelillos y donas.

-JP, mientras no se entere no va a pasar nada.

-Pero, ¿y si alguien nos ve? El entrenador se va a enojar con nosotros por desobedecerlo.

-Bueno, de mi parte no se va a enterar –Arion seguía viendo los postres que estaban en el vitral- Supongo que de tu parte tampoco –JP solo negó- ¿Entonces cuál es el problema?

-Tienes razón, no hay nadie aquí cerca que nos conozca y le diga.

Acto seguido ambos pidieron sus pastelillos correspondientes. Estaban tan concentrados en disfrutar los sabores que no se dieron cuenta del gran flash de la cámara de Melody.

-Vaya, estos dos nunca dejan de comer –Se animó a hablar Victor quien por casualidad también iba pasando por ahí.

-Sería una lástima si alguien le muestra esta foto a mi tío Jude.

Sky solo se reía ante tal escena, su novio y su amigo estaban más que pálidos, aun así, eso no era obstáculo para que ellos terminaran de comer sus postres.

-Tranquilos, no se la voy a mostrar. Esto va a ser un secreto entre nosotros –Arion y Jp respiraron profundamente y agradecieron a Melody- Siempre y cuando nos compren una dona a nosotros tres.

Ahora los cinco amigos disfrutaban de un hermoso día, sentados en la banqueta, riendo y comiendo como si no hubiera un mañana.

Sin embargo, en ese momento en la cabeza de Jude no existía esa tal tranquilidad de la que tanto se hablaba pues cierto amigo se burlaba de la impaciencia que tenía el estratega.

Caleb estaba sentado (o más bien) acostado en el sofá en aquella sala de la mansión Sharp. Jude caminaba de un lado a otro viendo su celular, no podía creer lo impuntual que era su otro amigo y que para el colmo no se dignara en contestar sus llamadas. Había una junta muy importante en menos de una hora y su compañero no llegaba.

Por fin alguien se acercaba a la sala, lamentablemente no era la persona que esperaban. Celia había llegado ese día a la casa de su hermano con pizza y otra película para ver. En el momento que entró a aquel cuarto el ambiente se volvió denso, Caleb seguía sin poder ver o estar en la misma habitación que ella, así que se levantó del sofá y sin decir ni una palabra se dirigió a la puerta trasera la cual lo llevaba a la cancha de futbol privada que tenía Jude, sus pasos eran fuertes y seguros. Este acto sorprendió mucho a los dos restantes de aquella sala, pues era muy raro que Caleb no explotara en gritos y furia.

-Lo siento hermano, pensé que estarías solo. Creo que debo irme.

-No te preocupes Celia, ya sabes cómo es él –Vio que su hermana seguía con la pizza en sus manos- Discúlpame Celia, pero creo que hoy no vamos a poder ver las películas, tengo una junta muy importante y se me ha hecho tarde.

-Bueno, no te preocupes, ¿te parece mañana?

-Claro, me gusta la idea.

-Está bien, entonces dejaré la pizza en la cocina para que puedas comer al rato, y vengo a despedirme. ¿Ok? –Antes de que Jude pudiera decir algo, Celia ya se había ido.

Lazo De Hermanos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora