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Perdido y encontrado

Barry/Sebastian

-Es normal que ya no tenga hambre?

-Bar...

-Bueno, se que si nos paráramos ahora podríamos desmayarnos.

-No pudiste tener tu quiebre emocional en una cama? O comiendo cantidades industriales de comida rápida a morir! Me conformaría con el abuso de sustancias...

-El techo siempre fue blanco?

-No has prendido la luz en todo el día. Para mi se ve negro.

-Hoy si me vas a hablar?

-Estoy much tentado a darte medio día de silencio, pero se que si lo hago no saldremos de aquí. Barry...

-Lo se. Solo no tengo ganas... seamos nada.

-Si notaste que ya no tenemos lágrimas para llorar no?

-O energías para levantarnos del suelo... lo siento tanto Seb...

-Aqui vamos... la lista mental de todo lo que hiciste mal, a quien dañaste y...

Barry dejo de escuchar a Sebastián mientras el volvía a intentar hacer que salieran de este lugar. Era el comienzo del octavo día. Barry había llorado ayer cuando Sebastián lo había dejado. Después de discutir nuevamente y pedirle de muchas maneras que terminará con su semana de auto compadecerse le había dicho que no quería seguir sufriendo así, que el simplemente se mantendría calmado.

A Sebastián le mataba ver a barry en este estado, en escucharlo llorar. Ocupó toda su fuerza de voluntad para no ceder. Pero si hermano tenía que madurar, el era siempre la voz de la razón, el que los sacaba de apuros con ingenio y aunque no siempre fue el más positivo, nunca había sido tan derrotista.

Barry no quería levantarse del suelo, en este punto dudaba siquiera que pudiera levantarse. Solo un día más, solo unas horas más de castigo. Esta no era la manera, pero también es lo que servía para expiar sus pegados, que eran muchos.

Joe... Iris. Todos... pero sobre todo, Oliver. No podía dejar de repasar lo que le había dicho, Barry no se había enamorado o al menos pensaba que lo estaba, en mucho tiempo. El sabía perfectamente que su relación con Oliver... su amistad se había terminado.

-La única vez que pensé que mi vida terminaría fue el día que me desmaye por tanto alcohol en esa fiesta.

-Lo se... yo estuve ahí.

-No tengo la fuerza mental o física para romper tu rutina de dolor y depresión, si no ya hubiera tomado el teléfono de la sala y llamaría a recepción para que nos manden un lote de 100 hamburguesas.

-Seb...

-Lo se, lo se. Salud por la hora feliz!

-Muy bien. Vámonos...

-Espera que?

-A la cama, tengo frío!

Sebastián se limitó a rodar los ojos. Es decir no podía hacer nada y dudaba que alguien se molestara en buscarlo, después de todo pensó que ya había gente que había terminado su vida en un lugar como este. Ahora entendía mejor esa política de privacidad que firmaron al registrarse en el lugar y cómo se deslindaron por "accidentes" que puedan ocurrir.

Pasaron tres cosas al mismo tiempo. Cuando barry trato de impulsarse para levantarse, la falta de comida y sueño había provocado un mareo tan fuerte que les hizo querer vomitar algo que no tenían, su estómago dolió a morir por eso.

Dos partes de uno mismo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora