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-Linda...

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Barry/Sebastian

-Cuento con ello...

-Cual es tu comida favorita?

-Lo que quieras está bien. Créeme cualquier cosa preparada en casa ya es mucho mejor que lo que he comido esta semana.

-Siempre puedo ir a ciudad Costa por una docena de pizzas.

-Por mi perfecto.

-Solo bromeo, te prepararé algo, solo dime cual es tu comida favorita.

Sebastián rodeó los ojos viendo lo cursi que eran esos mensajes. El alter ego observaba cómo su hermano sonreía con cada mensaje que el vengador de Ciudad starling le mandaba.

No es que tuviera celos o algo parecido, pero Sebastián no podía con estas interacciones tan vainilla entre ambos. Parecían dos chicos de instituto y el recordaba haber tenido encuentros más intensos de lo que estos dos han estado si quiera cerca de pensar.

Casi se acercaba el fin de semana, lo que significaba que habían logrado sobrevivir una semana más a cualquier lunático que aparecía. Las cosas marchaban en una pendiente positiva para ambos.

Pero últimamente más para Barry. Y todo gracias a un Oliver queen. En el fondo sebastian estaba orgulloso de cómo Barry rompía toda conducta de pesimismo y se aventaba a cielos inexplorados con Oliver.

Solo deseaba que al menos hiciera anotación. Tal vez el nunca haya estado del todo al mando cuando estaban cerca de Oliver. Pero podía gozar de estar cerca de él y al menos que Barry siguiera en esta ruta el mismo se aseguraría de cómo minimo llegará a Segunda base.

Después de conocer los sentimientos de su hermano por el encapuchado, el y Iris lo habían encaminado a seguir por este camino y confesar sus sentimientos por el millonario.

Sebastián observo cómo finalmente Oliver le decía cual era su comida favorita a Barry. Era un platillo que no había preparado su hermano, por lo que ya había vislumbrado como sería su noche del viernes, entre preparar mil veces esa receta para que pudiera lucirse frente a Oliver y en los nervios de barry por verlo nuevamente.

El corazón de Barry saltaba con cada mensaje, no creía del todo en un ser superior pero si alguien gobernaba todo esto, estaba más que dispuesto a soltar una plegaria para que ningún lunático se pudiera en camino de ninguno y la ciudad pudiera estar a salvo, por lo menos una noche.

El no podía creer que en verdad nuevamente vería a Oliver. Había sido una semana intensa, donde cada meta que atacaba parecía ser más difícil que el anterior.

El volver con Joe y que ahora el equipo conociera a Sebastián, había agregado dinamismo a todo y por primera vez en mucho tiempo, no tenía que esconderse del todo y ambos podían hablar frente a amigos que no los juzgaban.

Barry era quien se encargaba de llevar el control la mayor parte del día. No solo porque era lo usual en su trabajo en la comisaría, pero por temor a que Sebastián tomara el control y enviar un mensaje de los que según el harían que las cosas se calentarán a un terreno al que le urgía llegar a Barry.

Termino de enviar mensajes con Oliver y dejo que su hermano lo guiara en su rutina de la mañana antes de ir a trabajar. Barry se encontraba en una nube repasando cada una de las palabras escritas que había intercambiado con Oliver.

Sebastián estaba hablando con Joe, quien había bajado a la cocina a desayunar con sus hijos. El detective west se había limitado a simplemente salir a la estación, tomar un par de donas con su café del puesto de la esquina y lo daba como su desayuno hasta que encontraba algo más sustancioso a lo largo del día.

Dos partes de uno mismo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora