Miraculous Hogwarts

Simón Dice

La mayoría de las veces no entendía porque su tío lo mandaba a hacer o ir algún lugar sin preguntarle si podía o quería. Como se estaba haciendo común en su vida, Gabriel Agreste pidió autorización al director y al jefe de casa para que su sobrino saliera de Hogwarts. Tanto Dumbledore como Slughorn dieron permiso y ahora Severus se encontraba en un estudio de televisión (en compañía de su guardaespaldas) a la espera de su tío puesto que él era invitado en el programa.

—Si mis padres descubren que estoy en el mundo muggle, me lanzarían un Avada Kedrava

—Lo sé y de verdad siento haberte pedido que vinieras, Reg

—No te preocupes, para eso están los amigos

Severus sabía que su tío no era de salir mucho por lo que le parecía extraño que accediera a aparecer en la televisión y suponía que debido a eso Gabriel tardaría en llegar y para no aburrirse ni sentirse solo (porque su guardaespaldas casi no hablaba) le preguntó a Dumbledore y a Slughorn si podía llevar a un amigo y el director le dijo que sí. Pero su jefe de casa le dijo que fuera alguien de Slytherin porque le parecía buena idea que alguien de su casa conociera el mundo muggle.

—¿Sabes de qué se trata todo esto? —preguntó Regulus

—Ni idea —contestó Severus encogiéndose de hombros—. Ahora lo averiguáremos

El programa comenzó y así ambos Slytherin obtuvieron su respuesta: Desafíos. El primer participante tenía que tocar música en su consola (era un DJ) y hacer que la primera ministra muggle, Margaret Thatcher, bailara.

En la guarida de Le Papillon, la ventana se abrió, estando el villano listo para atacar a un nuevo civil inocente.

—¿El Desafío? ¡Que concepto completamente fascinante! ¡Un programa de televisión propicio para tantas emociones negativas! Estoy echando un vistazo al caos y la destrucción.

En el estudio, mientras Severus y Regulus observaban el desafío, llego un nuevo participante. Era un hombre alto, de cabello rizado color café y ojos grises azulados. Vestía una camisa formal blanca bajo un chaleco oscuro con botones negros y también un corbatín negro en el cuello. Encima, usaba un traje color lila que tenía círculos espirales color fucsia y rojo. También usaba pantalones y zapatos negros. En sus manos traía una baraja de naipes. El hombre quiso saludar a los adolescentes, pero el guardaespaldas de Severus se puso agresivo creyendo que quería hacerles algo, a lo que los Slytherin tuvieron que intervenir y controlar al hombretón.

El participante ganó, con el simple hecho de que la primera ministra moviera la cabeza fue más que suficiente para ser contado como baile. El presentador llamo al próximo concursante, el cual era a quien saludaron los adolescentes, Simón Grimault. El participante era un hipnotista y usaba sus naipes para eso, y su reto era de persuadir a una celebridad a ir al estudio de TV. Simón pensó que sería sencillo, pero descubrió que no al saber a quien tenía que hipnotizar: Al rey de la moda, Gabriel Agreste.

Regulus y sobretodo Severus no pudieron ocultar su asombro. De todas las personas de la ciudad ¿Por qué tenia que ser Gabriel Agreste? Ahora entendía porque su tío todavía no llegaba; no obstante, eso no hizo que Severus se tranquilizara.

«Esto no terminara bien» pensó preocupado el azabache.

Y para su desgracia, se hizo realidad: Gabriel se rehusó a participar a la vez que humillaba al participante. Corto la llamada haciendo que un incómodo silencio reinara en el estudio. Unos segundos después el presentador siguió con el programa, despidió al participante diciendo que perdió al ser rechazado su desafío, sin escuchar a Simón diciendo que era injusto porque no lo dejaron hacer nada. Uno de los de producción sacó a Simón dejándolo a las puertas del foro y el hombre tiró sus cartas en señal de derrota. O mas bien, de oportunidad para Le Papillon.