Lobizón

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En cuanto perdió de vista a Potter y Black, Chat Noir suspiró de alivio y regresó sobre sus pasos.

Garras fuera —susurró el héroe y se destransformó

—¡Y tu me regañas de hacer cosas que no! —gritó enojado Plaga—. ¡Ahora Potter sabe que eres Chat Noir! Entendería muy bien que Ladybug lo supiera ¿¡Pero Potter!? ¿¡Tu enemigo escolar!?

—¿Y qué querías que hiciera? No podía hacer lo de siempre: Irme para poder transformarme y regresar. —contestó Severus, pasándose una mano por el cabello en señal de frustración—. Lupin estaba a unos metros de Potter y él atrapado como estaba no iba a poder defenderse. Además de que me pareció que olvidó su varita

—Ay chico... —Plaga se palmeó la cara con una de sus patitas y después miró a su portador—. Será mejor asegurarnos de que Potter, de verdad, no vaya a decir nada

—Lo sé, ahora escóndete

Plaga regresó al interior de la chamarra. Severus salió del Bosque Prohibido. Regresó con cautela a Hogwarts pensando no encontrarse a nadie, pero grande fue su sorpresa al ver que en la entrada del castillo lo esperaban los dos Gryffindor.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó Severus, sin poder ocultar su sorpresa y confusión—. Creí que estarían en la enfermería

—Esa era la idea —contestó Black—. Pero James quería esperarte

—¿Qué?

—Bueno... —el Slytherin vio que un leve rubor apareció en las mejillas del de lentes— a pesar de que Chat Noir te salvó, no pude evitar preocuparme por ti.

Ahora fue turno de Severus de ruborizarse levemente. Esa, de verdad, se estaba volviendo la noche más extraña de su vida y eso que al principio creyó que sería la última por lo de Lupin-lobo.

—Gra... gracias, Potter

Sirius miró con sospecha a ambos azabaches ¿qué demonios había pasado en el bosque?

—Como sea. Cornamenta, tenemos que llevarte a...

Black se cayó de golpe al momento de volverse para caminar. James y Severus miraron y sintieron que el alma se les iba a los pies al encontrarse de frente con Filch y la Sra. Norris.

—Vaya, vaya... ¿Qué tenemos aquí? —dijo el celador con una sonrisa de triunfo—. No solamente han mal influenciado al prefecto de su casa, sino que ahora también a alguien de otra cosa y precisamente de Slytherin. Esto les costará caro a los tres...

—Gracias, Argus. Yo me encargo

Si encontrarse al celador ya era malo, ahora ver que el director estaba ahí solamente empeoraba las cosas.

—Chicos, por favor síganme —indicó Dumbledore

Si decir nada, los tres adolescentes siguieron al anciano hasta su oficina. Entraron después del director, Sirius ayudó a James a sentarse en la silla. Severus y Black se quedaron de pie a cada lado de Potter. Dumbledore tomó asiento y analizó con la mirada a sus alumnos, quedándose unos minutos en silencio, que fue una tortura para los tres azabaches.

—¿Y bien? —preguntó Dumbledore—. ¿Ninguno va a decirme que sucedió esta noche?

Los adolescentes empalidecieron. No sabían qué hacer o decir y mucho menos James y Severus.

—Sr. Snape ¿sería tan amable de explicármelo usted? Es prefecto y ustedes siempre dicen la verdad

—Uh... —miró de reojo a James y este le dio a entender que podía decirle la verdad sobre lo que hizo Sirius—. Señor lo que pasa es que quería saber qué es lo que Potter, Black, Lupin y Pettigrew suelen hacer todas las noches de Luna llena, así que...

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