— ¡Chuuya! — Decía alegremente Dazai, con un tono de voz dulce y enternecedor que le daba escalofríos al mencionado.
— ¿Qué mierda quieres, Dazai? — Preguntó, ocultando aquella curiosidad que lo rodeaba respecto a la actitud de Dazai.
— Dijiste que querías ver cómo tocaba el piano ¿No? — Era cierto, Dazai era una persona prodigio, con dotes increíbles y únicos, uno de esos, era su talento de tocar el piano.
— ¡Te mostraré como lo toco! ¡Vamos! — Expresaba alegremente, agarrando la mano del contrario para guiarlo hasta aquella sala de Instrumentos que tenía la Port Mafia.
Corriendo entre pasillos, era tarde, la luz de la luna salía e iluminaba entre las ventanas, Los presentes estaban intrigados ¿Porqué los tan rivales, los tan temidos, corrían con sonrisas agarrados de la mano?
La escena que presentaban muchos de los de alrededor era encantadora, que podría hacer olvidar a cualquier persona que estaban en la sede de la Mafia.
El tacto qué ambos tenían era placentero, cálido, acogedor, miles de sinónimos de tan solo una palabra, agradable.
Pero solo era una recompensa que Dazai hacia para enmendar el hecho de lo que sucedería el siguiente día.
Todo termina.
Finalmente llegaron a aquél salón, lleno de polvo debido al poco uso que se hacía de este. Por las grandes ventanas frente aquél piano arenoso, se podía observar el cielo estrellado y hermoso, eso dejó anonadado al Pelirrojo de ojos garzos, ese día, La luna era hermosa.
Una suave sinfonía completaba tal ambiente.
Era Dazai.
Estaba bañado en la luz de la luna, concentrado en aquél instrumento armónico y de percusión.
Sus dedos tocaban ligeramente aquellas teclas de piano, su vista se concentraba en este, estaba metido tan profundamente entre aquellas melodías.
Aquella música era encantadora, compartía sentimientos únicos y apaciguadores.
La vista en ese momento del castaño era única, su suave piel pálida, su pelo color marrón cubriendo aquellos hermosos ojos debajo de este. Eso no podría más que completar el ambiente.
¿Realmente eso solo era música?
No, no, no, no.
Aquello que veía Chuuya, aquello que el pelirrojo presenciaba, no era tan solo un hombre tocando el piano.
La melodía, la sinfonía, el sonido, el hombre atractivo, eran mucho más que solo eso.
Eran verdaderamente, arte.
La descripción quedaba corta ante eso.
Sus manos apasionadas, su cuerpo moviéndose entone la música, aquella atmósfera, era una vista, un sentido que en ese momento solo Chuuya podía presenciar.
Pero ¿Por qué?
Apesar de que en ese momento una belleza única en el mundo estaba frente a él, un sentimiento, un presentimiento lo hacía pensar que aquello era solo una despedida.
¿No vería más a Dazai?
¿No le obsequiaría más momentos como ese?
¿Era ambicioso? Probablemente.La melodía llegaba a su fin.
En ese momento solo decidió no sobrepensar todo, el presente era el presente, y debía disfrutarlo como era.
Caminó lentamente para llegar al lado del castaño, sus dedos se movían firmemente desplazándose por aquél instrumento.
No pudo evitar esbozar una sonrisa. En aquél momento él era verdaderamente feliz.
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𝗙𝗲𝗲𝗹𝗶𝗻𝗴𝘀 𝗔𝘁 𝗧𝗵𝗲 𝗣𝗶𝗮𝗻𝗼ˢᵒᵘᵏᵒᵏᵘ
Kısa Hikaye❝ Dazai, el protagonista, no tiene una razón para vivir, nunca la tuvo, dejándole un vacío realmente imparable, pero, a pesar de eso luchaba por querer vivir.❞ 𝙻𝚊𝚜 𝚒𝚖𝚊𝚐𝚎𝚗𝚎𝚜 𝚗𝚘 𝚜𝚘𝚗 𝚖𝚒𝚊𝚜. 𝙻𝚊 𝚑𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊 𝚙𝚛𝚒𝚗𝚌𝚒𝚙𝚊𝚕 �...