𝑈𝑁𝑂

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2020 [NOCHE DE BATALLA]

La oscuridad abrazaba a todo Bangkok en una noche de frío helado que erizaba la piel de cualquier persona viva. El frío podía enrollarse en todo tu brazo como una serpiente y congelarte. No hay registros de que exista una enfermedad como parálisis por congelamiento, pero los demonios eran seres astutos. A la hora de venar sus presas humanas hacían uso de sus poderes. Poderes con beneficios para su sed. Cuyo apetito era similar a la dipsomanía.

En un callejón sombrío con poca luz lunar, una chica estaba paralizada. Parecía una estatua. Ella estaba congelada con una pierna lejos de la otra, un brazo tendido hacia enfrente suplicando a por ayuda mientras que todo su cuerpo estaba congelado. Con una capa fría tan blanca como la nieve por todo su cuerpo por una serpiente que abrazaba su brazo tendido. La serpiente era de un hermoso plateado. Parecía de diamante. El bonito traje floral de la chica había quedado con su falda flotando a los lados en congelamiento y sus dos botas también. Tenía un rostro mísero. Suplicante a por ayuda. Mientras los hilos de su respirar brotaban como humo de su boca. Ella movía los ojos.

Eso era lo único que podía mover.

-Sangre humana; tan rebosante y llena de bacterias. Ya me cansa.- Dice el demonio que va entrando por el sombrío pasillo poco a poco revelando su aspecto con la luz de la luna. Ese azúl claro de luz sobre un guapo demonio de cabello largo hasta los lados de su cuello casi rozando sus hombros y un mentón firme con cejas gruesas no anchas y unos ojos pequeños asiáticos, una boca pequeña pero de labios pomposos, una nariz perfilada como la de un americano.

Con su elegante chaqueta de seda negra con decoros dorados vectorianos en sus fornidos brazos no cerrada; pues revelaba sus hermosos abdominales hasta que su pantalón negro cubriera su parte íntima. Por último, no usaba zapatos así que las plantas de sus pies se maltrataban mucho con las rocas del suelo. En especial en este callejón dónde las pequeñas rocas estaban sobre charcos de agua sucia...

Llego hasta la chica que no tranquilizaba su respiración; aunque su cuerpo no pudiese mover.

-Pero desafortunadamente eres mi comida.- Se excusa el demonio estirando su mano hacia la serpiente plateada. La serpiente plateada se desenreda del brazo de la chica para poner su cabeza en la palma del demonio. De ahí se sigue desplazando hasta plasmarse como tatuaje negro en la muñeca (área de las venas) del demonio. La chica comienza a descongelarse. Toda débil.

Ahí es cuando el demonio se abalanza a ella con una velocidad inhumana y le sostiene los discos de la espalda con ambas manos antes de abrir su boca bien en grande y mostrar cómo dos colmillos se afilan para penetrar el cuello de la chica con ellos.

La chica pega un grito inicial mientras que el demonio succiona de su sangre. Ella se retuerce con más gritos. Luchando a por su vida. Pero el demonio sigue chupando de ella sin soltarla...

Hasta que ella deja de moverse y solamente mira frente a ella con unos ojos perdidos. Dejando que su sangre sea succionada como una libación (ritual) hacia el demonio.

Él dejó de chupar. Retirando sus colmillos de aquella piel... Para lamer la sangre aguada que reposaba encima de aquellos dos huecos... Pasó su lengua en suaves círculos. Recogiendo esa sangre restante con su lengua y la tragó.

Dejó a la chica caer al suelo. Muerta. Él se le queda viendo con su labio inferior teniendo esa sangre ajena impregnada. Sus ojos completamente negros. Negros como el vacío. Así se ponían al mantenerse en su forma vampírica.

Los Oscuros • MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora