Los Oscuros • MewGulf

𝑇𝑅𝐸𝑆

❝Beso.❞

❝¿Es un pasivo ataque?❞

❝¿O una palabra bonita?❞

Para la noche en el Reino de los cielos, Gulf estaba dentro de su habitación compartida con más ángeles por alrededor. La cama del nuevo estaba pegada con la última pared del dormitorio y él vestía ahora mismo una túnica blanca. No podía dormir. Estando en posición feto. Escuchando las preguntitas de su cabeza sin poder de vagar y vagar por las cornisas de su mente. ¿Qué era esto? ¿Qué era aquello?

Pero como último recurso, decidió aquietar esos pensamientos con irse a dormir. Sucumbió a una inmensa oscuridad que como una manta cubrió todo su campo de visión.

ENSUEÑO:

De repente, Gulf está corriendo por un campo lleno de girasoles. No sabe cómo, pero en ese campo el sol resplandece en demasía su rostro. Corretea felizmente. Con risas que llenan ese único lugar. Vistiendo no más que su túnica blanca mientras corre descalzo. Sin frustraciones. Sin propósitos. Solamente corre.

Se detiene un momento para agacharse y tomar una única girasol. La arranca de su sitio para llevarla a su rostro. La huele para ensanchar su sonrisa. Al alejarla se da la vuelta y las cornisas de sus labios se tensan un poco cuando ve a Sergei Mew a unos pasos. Este vestido en negro con el traje formal de ayer y botas de cuero. Sonriendo con sus labios. Sergei Mew es lo único del sueño completamente en negro. Lo único que destaca por vestir así.

-Este es un sueño bonito. Como tú.- Él dice. Pero su voz se siente demasiado real como para ser un sueño. Aquel guapo demonio chupa sangres arranca una girasol también. Se acerca al ángel para colocarle la girasol tras una oreja, y así mismo acariciar parte de su oreja sin dejar de mirarlo a los ojos con un destello pasivo.

FIN DEL ENSUEÑO.

Gulf despierta con el más pequeño de los respingos, pero la cara más sorpresiva de todas. Respirando agitadamente mientras mira al techo de su habitación sin saber qué pensar. Un demonio acababa de aparecerse en su sueño, y no sabía si fue producto de su imaginación o si no.

Al sentarse en la cama... Siente algo en su oreja derecha. Algo que le provoca una terrible sensación de cosquilleo. Se toca la oreja para agrandar sus ojos en terror. Al sacarse lo que estaba enganchadito detrás de su oreja y mirarlo, es una girasol. Exactamente como en su sueño. Gulf respinga.

-E--Ese beso... Creo que fue un ataque silencioso.- Dice asustado como un bebe y tirando la pequeña girasol a una esquina de su cama, agrupando sus cachetes en sus manos completamente confundidito. -Mis cachetes se sienten calentitos.- Murmura con miedo. Al mirar frente a él, los demás ángeles que acaban de despertar o se estaban cambiando de trajes al lado de sus camas, lo estaban mirando raro.

Él decidió dejar de amasar sus propios cachetitos para sonreírles en grande y mostrarles una mano diciendo un animado: «¡Hola!» seguido de unas lindas risitas.

En la hora del almuerzo, el ángel Gulf estaba en la biblioteca con un biscuit pillado en su boquita mientras reposaba su espalda contra una estantería y leía un libro. A solas. Apartado de los ángeles. Tal parece no muchos iban a la biblioteca a leer.