Amor Trascendental ❥ SoraMafu

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— ¡Joven amo Mafumafu, despierte!

El sol daba contra el ahora cabello blanco del joven. Al escuchar un llamado a su puerta, se movió ligeramente de su cama y entre sueños preguntó: "¿Cuál pez durmiente?"

Giró en su cama hasta que cayó al piso y soltó un pequeño quejido.

Los sonidos de golpes en su puerta no paraban.

Caminó hacia la puerta con pereza, y no tomó conciencia completa hasta toparse con un espejo, vio de reojo sus cabellos albinos y cortos. Y recordó entre pequeñas risas su travesura de la noche pasada.

El joven Mafumafu pertenece a una de las cuatro familias más reconocidas en Japón, más específicamente a la familia líder del clan "El cielo rojo", uno de los cuatro clanes más importantes. Se le conoce por ser disciplinado y muy sonriente; sin embargo, su familia sabía que era revoltoso y le encantaba jugar. 

Después de todo, el había nacido así, con una gran sonrisa que encantaría a muchos y no se desvanecería fácilmente. Había sido un niño travieso y después un adolescente travieso, así hasta llegar a su juventud. A sus 17 años, seguía siendo igual de travieso y alegre; aunque al mismo tiempo, era el futuro heredero, por lo que era altamente capaz en fuerza e inteligente.

Pero la noche pasada hizo algo que no se pasaría por alto. Su cabello solía ser muy envidiado por lo largo y fino que era, cada sirviente que peinó su cabello lo halagó sin parar, incluso difundiendo el dato de lo precioso que era su cabello al resto de sirvientes. Y el brillo castaño era lo más hermoso de ver, lástima que ese brillo castaño ya no estaba.

La noche pasada, había venido de visita el joven Urata, con quien le encantaba jugar. Entre apuestas, llegaron a la situación donde Mafumafu cortó su largo cabello y lo pintó de blanco.

— ¡Joven amo Mafumafu!

Mafumafu dejo de reírse ligeramente, se encaminó hacia la puerta y antes de abrir se detuvo para toser un par de veces y aclarar su garganta.

—¿Cuál es la prisa? —preguntó Mafumafu abriendo la puerta.

El sirviente que hace unos minutos tocaba insistentemente la puerta, hizo una reverencia rápida.

—Joven amo Mafumafu, ha sucedido un desastre. No tengo grandes detalles, pero su familia ha ordenado que usted y el joven amo Urata se vayan de inmediato a la residencia principal del clan "Claridad de la luz".

— ¿Que ha pasado exactamente? —preguntó Mafumafu sin entender cómo es que el sirviente frente a él lucía tan preocupado. Las catástrofes no sucedían desde hace muchos años en su familia, ya que la misma era reconocida por su enorme talento en armas y defensa; por lo tanto, eran grandemente respetados por otros clanes y familias de gran poder, ninguno se atrevía a atacarlos.

—Un grupo desconocido ha atacado la aldea anterior y pronto llegarán aquí. Su familia y la familia del joven amo Urata está preparándose para el enfrentamiento, ordenaron que el joven amo Mafumafu y el joven amo Urata se vayan hacia otra residencia pronto.

El sirviente ocultaba su impresión al ver a Mafumafu con el cabello distinto, pero sabía que sería irrespetuoso preguntarle directamente, así que tras unos segundos de silencio, continuó.— No encontramos al joven amo Urata en su habitación y...

Mafumafu lo miró penosamente, ordenando con una sola mirada al sirviente que guardara silencio, y en tono suave, respondió.— Ten todo listo. Yo y Urata vendremos pronto.

—Así será —respondió el sirviente, hizo una reverencia y se marchó corriendo.

Mafumafu sentía duda por saber quiénes eran los que habían atacado, porque sinceramente, ¿quién se atrevería a atacar al clan líder en artes marciales? Parecía una idea tan descabellada, casi como "ponerse en la boca del lobo", apostar a posibilidades casi nulas de éxito. Pero rápidamente se deshizo del pensamiento para cumplir con el mandato de sus padres, ellos estarían bien y él debía obedecer. Él conocía muy bien el protocolo, aunque fuera un joven escurridizo, era capaz de seguir las reglas en momentos que lo requerían y este era uno de ellos.